Iron Man Vs Batman

Iron Man

Que los EEUU constituyen la máquina de auto bombo más perfectamente diseñada, mejor montada y distribuida del planeta, no es ninguna novedad.
Su espectacularización tanto de la historia como del presente, alcanza su target en la medida que logra narrar la épica del hombre contemporáneo, englobando al resto del mundo en su canto auto referencial. Lo que la vieja Europa principió con la cruz y las armas, a partir de 1492, lo continúan los EEUU (y sus aliados, eh… ¿queda alguien fuera?) en la conquista mediática del planeta. América, (como les gusta decir con afán metonímico), opera como avanzada del verdadero Imperio: el capitalismo posnacional mundial e integrado (siguiendo aproximadamente a Guattari, Negri y Hardt). Por eso, Iron Man puede exclamar (sin ruborizarse), algo así como: “¡mi reino por una cheesburguer!” (Si, hasta sale la marca).
Iron Man no es Superman, tanto como Anthony Stark no es Clark Kent. ¿Eh?
No, no, no. Empecemos de nuevo.
Iron Man no es Clark Kent, tanto como Anthony Stark no es Superman. Ahora si.
Superman vino del espacio exterior, era presumiblemente normal en su (ahora inexistente) planeta pero es un ser extraordinario en el nuestro. Por eso se disfraza de ciudadano común para pasar desapercibido, ocultando así su verdadera identidad tras una fachada llamada Clark Kent.
Anthony Stark es un ser extraordinario que proviene del corazón del mundo civilizado (Malibú) y tiene que ir al espacio exterior (Afganistán, creo) donde tiene que disfrazarse de guerrero medieval para escapar de enemigos que viven aún en esa época, salvo porque están equipados con armas de Stark Industries (es decir, hechas por él).
Mientras Clark Kent lleva una vida anodina, con el agravante de tener que usar su traje de calle por encima del ajustado atuendo (incluyendo la anacrónica capa), cuando emerge Superman, su verdadera identidad, libera sus poderes para defender de manera altruista, el mundo tal cuál es.
Mientras Anthony Stark es un genio, millonario, apuesto, egoísta, desinhibido y borracho (entre otras cosas posee una fotogénica mansión inteligente, una bella e inteligente secretaria y él mismo es suficientemente inteligente como para mantener su éxito viril libre de compromisos y sujeciones sentimentales), Iron Man es, pese a los esfuerzos de diseño, un artefacto algo fuera de época (la propia palabra Iron suena un poco obsoleta, ya sea que se traduzca como hierro o acero) y como atuendo, mucho más incómodo y menos práctico aún que la vestimenta de Superman.
Claro, Anthony es humano y Superman no. Éste último tuvo que viajar años luz para no perecer con el colapso de su mundo, mientras que Anthony (ya somos íntimos), comienza un viaje interior, inducido por terapeutas musulmanes que lo enfrentan a sí mismo y a sus creaciones (con éstas últimas, más bien se compenetra). El viaje de Anthony es interior, por más que haya ido al otro lado del mundo para verse forzado a él, tras probar su propia medicina.
En la invisible curvatura del viaje hacia sí, descubre que no debe hacer armas (porque hacen daño) y que en realidad, ama a su secretaria (Pepper, como el Sargento y su célebre Club). Por increíble que parezca, cuando se descubre el amor se lo ve por todas partes.
Pero la verdadera diferencia, lo que hace que Iron Man sea, pese a todo, un hombre de nuestro tiempo (mientras que Superman vive en los finales de una cultura disciplinaria, pre-divertida), es que Anthony Stark no soporta el anonimato respecto de su alter ego. En otras palabras, no resiste que su criatura ideal y poderosa goce de celebridad con autonomía respecto de su creador. Es propio de los héroes contemporáneos poner énfasis en uno de los rasgos fundamentales de la heroicidad: sobrevivir en la memoria de los demás.
El Pélida Aquiles, el de los pies ligeros, el de rubia melena (es evidente que Homero tenía en mente a Brad Pitt), buscaba la gloria inmortal a través de sus hazañas. Se había vaticinado que sería más grande que su padre (lo cual disuadió a varios dioses de meterse en el lecho con su madre, la ninfa Thetis), vaya si lo fue, pero el canto épico en vida (esto lo sabían las sirenas de las que escapó el ingenioso Ulises) es mucho más dulce que posmortem (el espectro de Aquiles lo confiesa en el Canto XI de la Odisea) y hoy en día lleva un inequívoco nombre: fama.
El goce de la fama es un capital tan apetecible que los vengadores y justicieros de hoy ya no quieren permanecer del todo anónimos tras sus disfraces. Sobre todo cuando tienen a la chica se sus desvelos frente a frente, enamorada del otro, (que no es otro que ellos mismos travestidos como héroes).
En el mundo de los muy muchos, los héroes aún están llamados a destacar. Pero desde que es posible sobresalir sin heroicidad alguna, (basta con formar parte de los islotes autogenerados en los medios de difusión), los héroes deben competir con periodistas, modelos, deportistas y otros (muchos de los cuales cuentan con escaso mérito), capaces de entretener a públicos masivos ávidos de diversión.
Personalmente me divertí con la película, me encantaron la mansión, la secretaria, las interfases y hasta la colección de automóviles (y eso que yo prefiero las bicicletas).
Batman
Verdades del Mito: Batman, segunda partePor: David Alvarez Guzmán Bienvenidos de nuevo a esta su sección, recién bautizada Verdades del Mito, donde analizaremos periódicamente a un personaje del mundo del cómic bajo los parámetros más realistas y humanos.Lo prometido es deuda, y aquí está la segunda y última parte del análisis que te presentamos del Hombre Murciélago. Ojalá sea de tu agrado, y recuerda que nos enriqueces con tus dudas, sugerencias y comentarios.Más psicología…¿Por qué entrenarse en todas las formas de combate cuerpo a cuerpo? ¿No hubiera sido más fácil utilizar armas para dar un final más rápido y efectivo al crimen, como lo hacen otros vengadores? Con los billones de Wayne, las armas más mortíferas y sofisticadas serían fácilmente costeadas. En vez de eso, es el mejor peleador y artista marcial y su dinero solo es invertido en la creación de gadgets que le permitan actuar donde sus límites humanos se lo impedirían de otro modo. No usa armas de fuego más que en sus vehículos, y solo para ser usados contra objetos inanimados y no personas.Lo anterior no es sino la clara muestra de un principio de congruencia en la vida de Wayne/Batman, pues fueron las armas de fuego quienes le arrebataron a sus padres y al usarlas se convertiría en lo mismo que combate.Como habíamos dicho, Batman representa al arquetipo jungiano de La Sombra, que no es necesariamente un arquetipo negativo. Actúa como compensador de la consciencia individual y colectiva, denuncia las deficiencias de la realidad, en busca del equilibrio reparador y transformador.Dejando de lado al Encapuchado, también es digna de mención la psiqué de otros personajes. La figura de Robin no es sino una representación del niño interno de Bruce Wayne/Batman, quien ve en estos ayudantes juveniles no a sus descendientes, si no a sí mismo cuando era pequeño; todos han sido huérfanos, salvo Tim Drake, aunque recientemente también perdió a su padre.La galería de villanos, por su parte, también es una de las más variadas y demenciales, pues contiene personajes con todos los desórdenes psicológicos posibles: la doble personalidad de Two-Face o El Ventrílocuo, la fitofilia desmedida por sobre las personas de Poison Ivy, el delirio de grandeza divina de Maxie Zeus, la esquizofrenia y proyección infantil de El Sombrerero Loco, la compulsión maníaca y genio torcido de El Acertijo, la bestialidad vuelta refinación de El Pingüino, el amor enfermizo de Harley Quinn, la psicosis asesina de Bane y ZsasZ, etc. Sin olvidar al más grandioso y demente de sus enemigos: el Joker (Guasón), que es la viva personificación de la locura y el caos, desafiando todo orden y cordura.Simbología y religión.Desde un punto de vista puritano, el personaje es un mal ejemplo a la juventud, un llamado a la desobediencia civil e incluso cosa diabólica.Dado su aspecto temible y oscuro, Batman puede ser tomado como un demonio que lucha por el bien. Así pues, su opuesto sería un ángel malvado, representado en el personaje de Azrael.Por ser la antítesis de Superman, y siendo este la representación de un Mesías judío, se ha considerado a Batman un personaje que representa a Lucifer. Pero no temamos; para algunos ocultistas arios, Lucifer no es un demonio y no es Satán, Lucifer es el Dios del Fuego, Portador de la Luz y la Sabiduría, equivalente a Wotan, Hermes y Prometeo en las antiguas culturas paganas.Política, y sociedad.Dada la personalidad y características de este icono de DC Comics, su existencia ha tenido algunas repercusiones y comparaciones a nivel ideológico. Aquí se esbozan algunas de ellas.Para los anarquistas, puede o bien ser tomado como un ejemplo de acción fuera de la ley y de justicia por propia mano, o bien lo opuesto: un ejemplo de seguir las normas convencionales.Batman representa también el fracaso del Estado de Bienestar, pues hace justicia por su lado, sin tomar en cuenta las instituciones oficiales o las leyes; solo su criterio. Es un hombre que realiza el trabajo que la policía no puede. El Caballero Oscuro es la respuesta antagónica a Superman, pues el mensaje de este último es pseudo-comunista y de esperanza para todos. Recordemos que el Hombre de Acero es de origen campesino y humilde, cuyo principal enemigo, Lex Luthor, es un poderoso industrial, rico y adinerado. Los oprimidos se alzan contra los pudientes opresores.Por su parte, Batman conlleva un mensaje jerárquico, puesto que él es un aristócrata. Ensalza al individuo por sobre las masas, al representar el tope de la perfección humana. “El hombre más peligroso de la Tierra” en palabras del propio Superman.Dicho lo anterior, podemos considerar al Encapuchado como símbolo del Liberalismo y el Capitalismo, pues su infraestructura material y tecnológica, junto con su entrenamiento y preparación personal, lo han puesto a la altura de los más grandes y poderosos. Si bien tradicionalmente Superman defiende el American Way, podemos identificar más apropiadamente al superhombre, económica y políticamente hablando, con la Tercera Vía, dado que su mensaje es de solidaridad.Por último, no olvidemos que toda la parafernalia, armas y vehículos del Murciélago lo hacen un digno representante de la Tecnocracia, ideología política que fue compartida por tres presidentes mexicanos (De la Madrid, Salinas y Zedillo). Dicha ideología sostenía grosso modo que la introducción de la tecnología y el neoliberalismo sería la panacea a los males de la nación. Error. El caso de Batman es un buen ejemplo de que no solo se necesitan los factores económico y tecnológico en aras del progreso; el Encapuchado nos demuestra que el pilar es la educación y la preparación personales y en todos los aspectos, y dicho sea de paso, a México y Latinoamérica en general nos hacen mucha falta. ¿Venganza o Justicia?El Justiciero Nocturno trata de engañar a los demás disfrazando su cruzada contra el crimen como una simple venganza personal. Aparentemente nada lo mueve salvo el odio por los que le arrebataron a su familia. Pero lo cierto es que en el fondo, su lucha puede resultar un acto de filantropía. Aunque el pequeño y débil Bruce haya muerto junto con sus padres (simbólicamente hablando), Batman no desea que los demás sufran lo que el ha sufrido: perder a quien se ama.Una verdadera venganza hubiera convertido a Wayne en un asesino. De hecho, originalmente el personaje de Batman surgió como tal, allá por los años 30’s. Era una especie de vigilante que cargaba un arma y a menudo asesinaba a los criminales. Después la historia se modificó para quedar como la conocemos hoy en día. Entre los griegos, justicia de decía “díke”, mientras que “ekdike” se llamaba a la venganza. Ambos vocablos son muy similares.El Caballero Nocturno ha preferido seguir su sentido de la justicia por sobre sus odios personales. Es un justiciero, no un vengador al estilo de Punisher o Charles Bronson en las películas de Deathwish (Vengador anónimo).Batman y los mediosA nivel social y de medios, la imagen del Caballero de la Noche y sus métodos han cambiado bastante. Hace décadas, su aspecto era menos oscuro y un tanto más infantil; basta recordar la serie televisiva de los 60’s protagonizada por Adam West, donde el héroe parecía poco atlético, su traje se veía mal confeccionado, los villanos resultaban bastante cómicos y el ambiente era notablemente pop, cayendo en lo psicodélico y groovie. Solo escuchen el BatiTwist, ¿les parece gótico o violento?Posteriormente, con la obra de arte llamada The Dark Knight Returns, que encumbró a Frank Miller, Batman retoma su forma original y la que tiene hasta nuestros días: un hombre común (podrido en dinero, eso sí) que utiliza su agudísima mente, conocimientos y habilidades detectivescas y de combate para luchar contra el crimen.Basado en este concepto, en 1989 y 1992 Tim Burton dirige dos filmes dignos del héroe, pero enfocados más en el ambiente gótico (muy al estilo del director) y en los villanos que en el personaje principal. Posteriormente, en 1995 y 1997 Joel Schumaher dirige otras dos películas que retoman el sentido cómico, pop y un tanto bobo de Batman. Calificadas entre las peores de la historia. No es sino hasta 2005 que Christopher Nolan realiza un filme donde verdaderamente renace el personaje, basado en las obras de Miller The Dark Knight Returns y Batman: Year One. Nos referimos por supuesto a Batman Begins.Trascendencia humana del personaje“Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarle; cuando veas a uno malo, examínate a ti mismo.” – ConfucioPor todo lo anterior expuesto, es evidente que este enmascarado es uno de los personajes más ricos en contenido humano, si no el que más. Pero ¿Cuál es el mensaje verdadero del Hombre Murciélago?Para muchos, no es más que una intrascendente historia para niños (pues esto es lo que piensan de cualquier cómic los ignorantes en la materia). Quienes poseen esta opinión tienen la idea de aquel Batman de los 60’s protagonizado por Adam West, donde se vuelve una caricatura del concepto original.Batman representa esa primitiva forma de justicia que todos deseamos alguna vez ante una agresión: la venganza, visceral y terrible. No obstante, el personaje resulta inspirador por su estricto código de ética: Jamás matar, pues sería convertirse en aquello que combate; ni usar armas de fuego, por su obvia aversión a estas.Pese a su condición de hombre común, Batman es considerado un super héroe por su inteligencia, entrenamiento y perseverancia, dándose el lujo de poder considerar “aficionados” al resto de la Liga de la Justicia, cuyos miembros se confían demasiado en sus superpoderes, dejando de lado el entrenamiento duro y la estrategia, según el caballero oscuro.Analizando la anterior situación, podremos ver el verdadero trasfondo humano: un mortal común que se ha ganado un lugar importante entre quienes pueden ser llamados dioses. No por herencia, ni por destino, sino por voluntad y mérito propio.¿No es la historia de Batman una invitación a ser héroes, a superarnos a nosotros mismos? ¿No es la prueba de que el hombre puede siempre trascender sus límites? ¿Acaso tenemos que ser millonarios o sufrir la pérdida de quienes más amamos para dar lo mejor de nosotros mismos en lo que hacemos? Si tu respuesta fue no, felicidades, tienes dentro de ti el espíritu de un héroe. La constancia y la voluntad harán el resto.Más que una invitación a hacer justicia por propia mano, Batman es el símbolo de la perfectibilidad humana y el cumplimiento del deber. Simboliza el autocontrol, el poder de la voluntad y la perseverancia, factores vitales para la superación de individuos y pueblos.Así, el estudiante dedicado, el deportista perseverante, el funcionario público eficiente y honesto, el trabajador que se esfuerza más allá de solo “sacar para el chivo”, el profesionista estudioso y leal, el ciudadano comprometido… en fin, todo aquel que da lo mejor de sí en el ámbito que se desarrolla, es en verdad, un héroe, y como tal es digno de ser emulado y tendrá, aún solo de forma inconscientez, el orgullo y aprecio del resto del mundo. Y tu, querido lector, ¿aprovechas al máximo tu potencial?

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