El arte de existir debajo del sol...
Estos fragmentos poéticos y filosóficos son una forma en que trato de recordar a Jorge Luis Borges y su “estética de lo intelectual”. Puede sonar muy pretensioso de mi parte (y lo es) pero puedo decir que en algunos momentos este escrito tiene cierto estilo que Borges usaba; lo hago de ese modo para recordarlo en un sentido más profundo. También se encontrarán algunos conceptos que él utilizaba frecuentemente, el lector los descubrirá fácilmente. Para terminar solamente quiero decir que este escrito está dedicado a una amiga que no vive aquí (México) y que posiblemente no lo leerá (en mucho o poco tiempo, no lo sé, Dios lo sabe, el Laberinto de las posibilidades juega con el destino de la humanidad). Ella fue la que me habló por primera vez, hace muchos años, de Borges, y hoy, después de todo ese tiempo, acepto que lo estoy empezando a conocer. Primero Doy gracias al Dios por las cosas que no he tenido y los momentos que no he vivido y que guardo en la memoria; son cosas bien extrañas por las que doy gracias: una buena plática, un rico chocolate, la sonrisa de Carolina, el ajedrez, las letras, los números y las obras de arte. Es extraño cuando se guarda tanto en la memoria y se tiene tan poco tiempo para disfrutarlo, pero es más extraño cuando habitan la memoria recuerdos de alguien que nunca existió, recuerdos de cosas que no pasaron, recuerdos de cosas que leíste en las cartas. Mi primer recuerdo es el beso de la muchacha que más me amaba. Sus manos cálidas. El verde, el amarillo y el color sonrisa era lo que siempre le acompañaba. Su voz, preciosa voz, y cuando le robaba una sonrisa, y sus ojos me miraban, ¡ah!, cómo disfrutaba ese momento. Es más, hasta lo quería pintar. Recuerdo los besos que contaba la carta, me imagino que quien la hubiera besado con ella se quedaba. Ese es mi primer recuerdo que nunca me aconteció; sólo lo leí una vez. Pero parece que lo soñé. Segundo Quiero hacer una lista de todo aquello que no he tenido: Una llave que abra el cofre de un tesoro, un sueño que sea de azúcar, la esperanza de la tortuga y la sonrisa de un ave, la mirada de un cocodrilo y la plática con un dragón, el llanto de una oreja y el olor de flores muertas. Guardo en la memoria todo aquello que he visto: Una mujer embarazada, un niño que llora, el agua derramada, los hielos de mi vaso, un libro de animalitos, el salto de los conejitos, la araña, los juguetes, las paletas y los trompos. Tercero Escuchar las pláticas a través de las paredes y soplar a las plumas de las aves son mis momentos más felices; jugar a la pelota y reír como loco, soñar despierto, ver las nubes y los colores, mirar los ojos de Carolina y robarle aquella sonrisa por la que doy gracias, todo eso me hace pensar que estoy vivo. Gracias doy por la vida que tengo y por la narradora excepcional, que con sus cuentos me muestra otro mundo, que teje historias diferentes; por la gente que me cuenta del Quijote y por los libros que me han contado todos los niños; por la Biblia y los relojes, por el campo y las flores, por la oración y el pan y los peces y el mar. Por la niñez que se fue, por la vejez que vendrá. Por el aire, por la nada, por el todo, por el ser. Por el taoísmo, por el sintoísmo, por el budismo. Por el negro y por el blanco. Por el cristal, que es parecido al lago y por el cisne que Tchaikovsky hizo melodía. Por la flauta de Mozart y la batalla de Beethoven. Por la música de Vivaldi, Schubert, Bach y Wagner. Por Nietzsche, Foucault, Sartre y Camus. Por el existencialismo de Kierkegaard y el del Eclesiastés. Cuarto Por último quiero dar gracias al último Dios de Heidegger porque me ha enseñado el valor del amor y la amistad. Derramar su amor es lo que mejor hace, y cuando ama se vuelve terrible, implacable. Al Dios triste y eterno le doy gracias por todo lo anterior… Que me perdone si he olvidado alguna cosa y es que puedo dar gracias por todo, por cada momento, cada detalle, pero termino así: Quiero dar gracias al Dios por la vida que me ha prestado y por todo lo que he vivido. Overtura El futuro es tan incierto y nosotros duramos tan poco así que muchos sueños no llegan a cumplirse y se quedan como simples miradas a todo aquello que habita la nada. Amar en la mente es amar en el vacío porque se ama en la idea y eso es posible que sea el reflejo del amor y este no es otra cosa que la acción. Amor no es sentimiento sino acción por las otras personas, es por eso que todos amamos de distintas maneras, en distintos niveles, a distintas personas, con distintas formas. Adagio La vida es corta, sólo dura unos instantes y luego se va. Esto es lo que dice una película en uno de sus monólogos. Todos los recuerdos son momentos lejanos porque se vivieron, se sintieron, se experimentaron pero ya no se tienen. ¿Te das cuenta que estar en recuerdos, tratar de vivirlos, es como correr tras el viento? La vida es lo más frágil y es lo que más buscamos, vivir, vivir constantemente; si hablara de la vida biológica sería absurdo pensar que esta es necesaria porque eso es más que obvio, pero hablo de aquella "vida", de los momentos entrelazados, tejidos por la araña llamada espacio-tiempo-experiencia. Allegro Ante todo lo que estamos lo más importante (he sentido, vivido, experimentado) es el amor. No como un sentimiento sino como una acción, un sentir al otro, un experimentarlo. Se oye bello, ¿no? Pero realmente es algo bien complicado de llevar a cabo. Aunque si se conoce se vivirá en otro sentido, en una actitud. Requiem No es Requiem por un sueño, es sólo requiem por todo aquello, por lo pasado y lo vivido. Pero quedan nuevas cosas, nuevos momentos, ¿los viviremos? Tal vez sea un requiem con un allegro mezclados, unidos para mirar a un nuevo "algo". Narración No todos los "hola" se dan en el tiempo indicado o deseado. Hay "holas" que se dan muy tarde. Hubo un "hola" que llegó después de muchos años a un joven campesino. Un día, sembrando la tierra, abriendola para echar la semilla, encontró que había una estatuilla enterrada y con una pala sacó el figura. Estaba enterrada ahí desde hace muchos años (eso parecía) pero tenía, tan sólo unos meses que ese terreno había sido adquirido, y dos semanas hacía que él había revisado todo el lugar y no encontró ningún objeto. Entró a su casa, con su mujer y sus hijos. Les enseñó a todos el objeto hallado y sintieron que era un tesoro perdido (los niños siempre tienen nuevas historias que contar porque su mente es tan joven que tiene la capacidad de inventar fantasías) y una posibilidad de salir adelante (la mujer no es menos innovadora en cuanto a lo que inventa pero debemos recordar que los adultos fueron niños que acabaron con la magia de la vida). Cuando encontraron el libro del tío Luis se dieron cuenta que en una de las fotografías estaba la estatuilla que habían encontrado. Buscaron la cámara vieja y estaba la misma fotografía en un negativo. Todo estaba escondido en la extraña sensación de cosas que no pueden ser tomadas como vanas. Buscaron en el cajón antiguo y descubrieron una carta de la tía Martha que decía: "En el patio de la propiedad hemos guardado una estatuilla de un perro que nunca tuvimos pero que era como el que siempre habíamos soñado. Ese perro es de marfil y ha jugado con cosas que nunca existieron pues nació en nuestra mente y por eso lo añoramos. Quien lo encuentro, recuerde, simplemente es un "hola" al misterio y un "hola" a quien lo encuentre. Espero mi carta sea leída antes de que yo muera porque así mi "hola" llegará a tiempo y podrá ser regresado". La tía Martha había dejado a Vicente esa tierra de cultivo pero en vida de la tía Martha la estatuilla del perro nunca había sido enterrada. Vicente y Laura (su esposa) estaban desconcertados. Tiempo después Vicente encontraba nuevas figuras, nuevas cartas, nuevos deseos y nuevos recuerdos de cosas que jamás había visto. Pero aquel "hola" nunca había llegado a tiempo. Entonces se dio cuenta que cada una de las estatuillas significaban un "hola" dado a alguien que se había perdido en el tiempo y en el espacio y nunca más habían vuelto a recordar su presencia porque muchas veces el olvido borra hasta aquel que más quisieron. Transgresor del conocimiento El movimiento que es constante es el de la vida y el cielo, es el del universo que siento por dentro, universo, triste y eterno. La nada alcanza mi camino y lo transforma en vacío. Camino despacio y se me cae el rostro; camino en círculo y sigo caminando por toda la eternidad. Víctor Marcos Hernández Pérez Los astros y todo lo demás se mueve constantemente en una dirección aunque todo indica que en un principio estaban juntos en una gran masa. Pienso que fue la mano del Dios quien separó cada una de las partes, partículas de este universo, polvo cósmico que luego llegó a ser planeta. Dice Nietzsche en uno de sus ensayos que en un lugar muy lejano del Universo surgió la vida y que con ella animales pensantes evolucionaron y crearon lo que hoy llamamos conocimiento. El conocimiento es una forma fundamental en que las sociedades se han movido. El hombre, desde sus primeros pasos, trató de llamarle a todas las cosas por algún nombre en especial. Por ejemplo, llamó a un fruto manzana, aunque después esta se volvería contra toda la humanidad y sería la autora intelectual de un crimen llamado pecado original, y eso viene a demostrar que nadie sabe nunca nada sobre el futuro ya que de saberlo sería muy posible que jamás se le hubiera puesto nombre y esa falta de identidad habría sido de ayuda para detener dicho crimen. El conocimiento, aunque es vano, es importante, y aunque no lleva a ningún lado sino a todos y hace que muchos se pierdan en el camino, es tan necesario como la sombra es para aquel que se quema de tanto sol que aterriza en su cabeza. Nietzsche dice que el conocimiento, cuando surgió, formó parte de un momento en una historia fugaz y que era un momento muy vanidoso en que el hombre se erguía por encima de toda la creación. Pero este fue un error enorme porque su Dios le había pedido, como favor especial, ya que lo hizo su socio, que administrara toda la creación pero en lugar de eso optó por destruirla. Y todo gracias al conocimiento. Dice Facundo Cabral que en manos del que no sabe la manzana es una bomba, pero la manzana puede ser fruto y bomba, arma letal, aun en las manos del que más sabe y entre más sabe más posible que sea un arma genial. El conocimiento da la capacidad al asesino, al vendedor, al médico, a la ama de casa; el conocimiento es lo que más abunda en este mundo y es lo que menos sabemos usar. No es casualidad que el conocimiento sirva para muchas cosas siendo una la humanidad. ¿Qué es el conocimiento? A ciencia cierta no se responde sino con el paso del tiempo y su uso constante, de otra forma el conocimiento no es algo vivo sino algo que mata, que mata a otros y al que lo porta. El mundo tiene estructuras muy profundas en las que estamos sumidos en todo el ser, pero hay una sola cosa que se siente que está aparte de esas estructuras y sin embargo puede estar condicionada: la mente. ¿De ella parte el conocimiento o parte de la experiencia?
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