Los dos mundos...

Cada noche se ocultaba en el mundo de los sueños: podía visitar el país de las maravillas, el nunca jamás, e incluso el país de las palabras mágicas. En la mañana se encerraba en el mundo de lo real. Así era todo el tiempo: salía de un mundo para entrar a otro, y lo único que se había perdido entre los dos mundos eran su lenguaje y su pensamiento...

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