Apuntes sobre teología cotidiana...

Acabo de llegar de casa de mi abuelita y estoy decidiendo guisar esta noche o hasta mañana, no sé qué hacer… acabo de ir a la cocina y ya decidí que mañana cocino algo de lo que tengo, mejor mañana simplemente me compro una torta; ya ando cansado como para ponerme a cocinar ahorita, en fin…

Entiendo perfecto lo que me dices, me ha pasado, pero no discuto, ya no, ya no como antes, con las personas que piensan así. Es complicado que entiendan tu perspectiva, sobre todo si tienes años estudiando la doctrina y ellos van empezando; y con estudiar años la doctrina no me refiero a simplemente leer, sino a que verdaderamente has reflexionado, has estudiado tu vida misma, ves hacia atrás y miras todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Pero llega un momento, sé que no a todos les pasa, pero llega un momento en que sí te cuestionas lo que crees, y bueno, de ahí empieza, creo, el verdadero aprendizaje de lo que significa ser cristiano. Creo que en el caso de tu tía, la razón por la que se muestra imposible de abrirse a la idea de que tu primo tuvo algo que ver en el rescate de tu hermana es que es nueva y posiblemente no reflexiona, aun, más allá de lo que se le ha enseñado en la Iglesia, tal vez no ha pensado e incluso puesto en duda, las palabras del pastor, son muchos factores, pero muchas veces afecta que se sienta que se está en la única verdad, la verdad verdadera y bueno, cuando es eso, yo creo que ni viniendo Dios creerías que no estás en la verdad verdadera. Pero bueno, vamos, ¿qué cristiano va a decir, “no estoy en la verdad”? En eso, todas las religiones, sean las cristianas, o debo decir, jerga cristiana, las denominaciones cristianas, sean las religiones reveladas, sean las sectas, todos creen estar en la verdad, porque es algo más complicado la fe, ya que eso te sostiene, es la médula espinal de tu existencia, es la esencia de tu vida, tu orden y liturgia secular; en cambio, cuando estás en una corriente de pensamiento filosófico, e incluso teológico, aunque es posible que lo segundo menos, pero te es más fácil cambiar de parecer filosófico que de parecer creyente, y bueno, es como si a un católico normal le dijeras que la Virgen no existe, no es real, nunca fue, es decir, Guadalupe, pues obvio, no, es imposible, es como si a nosotros nos dijeran, “Jesucristo nunca vino, no es el Mesías, es una ficción humana, no es cierto todo lo que se dice, no es verdadero Dios y verdadero hombre”, claro, eso te escandalizaría, puesto que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, y una salvación como la que ya creemos tener, pues no es fácil dejarla, e incluso sostenemos que una vez salvos, siempre somos salvos, y construimos todo un discurso para sostener esa verdad, ya sea la soberanía de Dios, que si Dios es amor, que si Dios amó tanto al mundo, etc.

Pero no es el fin del mundo, nada está perdido, y debemos dar gracias a Dios que él es Dios, debemos dar gracias por Jesucristo, y como dice aquel coro infantil, “Si tu corazón es como el mío, dame la mano y mi hermano serás”. Es decir, yo creo que hay ciertas cosas que no son realmente importantes en cuanto a la creencia, porque después de todo, la Biblia no es todo revelación, la Biblia es la palabra de Dios, sí, pero debemos saber en qué momento lo es, y si es la palabra de Dios, ¿qué nos viene a revelar? ¿Será que nos revela la vida de Pablo, o que nos revela la vida de Adán, importará que el mundo haya venido de la nada simplemente por la orden de Dios? No, no importa nada de eso, ni siquiera si Abraham existió o es un mito, si el pueblo de Dios se llama Israel o si Ismael, nada de eso importa, ni siquiera los ángeles ni la ley ni los profetas, y para prueba basta leer Hebreos en su sentido más profundo, donde se nos enseña que hay ciertas cosas que los hombres tenemos por importantes para la vida eterna, pero que no son realmente importantes, no al menos para Dios, porque, dice Hebreos, entre toda doctrina, entre todo lo que se ha hablado, entre todas las cosas, entre que Moisés y los ángeles y las leyes y todo, hay una sola cosa que importa por sobre todas las cosas: Jesucristo. Si Jesucristo no está en la vida del hombre que se cree cristiano, o mejor dicho, si la vida del hombre que se cree cristiano no está en Jesucristo, vano es vivir; porque recuerda que dice Pablo, “Que si confesamos con nuestra boca que Jesús es el Señor, y creemos en nuestro corazón que Dios le levantó de los muertos, seremos salvos”, y otra vez dice, “Porque con el corazón se cree para justicia, mas con los labios se confiesa para salvación”, y si confesamos a Jesucristo, y a este Crucificado y Resucitado, es porque el Espíritu de Dios habita en nosotros, o, nosotros en él.

Nada importa realmente de la Biblia, nada, créeme, y te lo digo con toda sinceridad, porque no es en sí toda la Biblia la revelación de Dios, sino Jesucristo es la única revelación. Y Pablo lo dijo, que no se proponía saber otra cosa que a Jesucristo, y además, decía que no eran todos ellos, los apóstoles, los realmente importantes, sino uno, Jesucristo en Dios. Pero, ¿por qué esto que yo sé que ya sabes? Porque efectivamente, lo que importa, por sobre todas las cosas, es darle la gloria y la honra al Señor, al Dios de la vida, al Dios amigo de los hombres, al Dios vivo y verdadero, al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, al Dios que nos ama por medio de Jesucristo. Pero no podemos olvidarnos del hombre.

Creo que aun falta mucha reflexión en tu tía, y casi estoy seguro que cree qe ceer que el hombre hace algo por sí mismo, es caer en un humanismo ateo, y entonces se va al otro extremo, al creer que Dios hace todas las cosas, pero eso, obvio, a la larga, crea sectarismos, porque si Dios es el que hace todas las cosas, entonces, por obvias razones, nosotros somos la única religión verdadera, y creo que ni nosotros ni otros están en la religión verdadera, porque no creo que haya una religión verdadera. Ahora, entonces, ¿cómo resolver el problema de creer que Dios hace todas las cosas? Quizá tu tía sea presbiteriana, pero esto no te lleva todo el tiempo a ser calvinista, y algo que tenía Calvino era que, sí, efectivamente, reconocía que el hombre era nada, y se basaba en versículos clave, “Nuestras obras son como trapos de inmundicia”, o aquella pregunta del Salmo, “¿Qué es el hombre para que lo visites y el hijo del hombre para que te acuerdes de él? Le hiciste un poco menor que los ángeles y lo coronaste…”; sí, es cierto que somos menos que nada, sin Dios, eso debe quedar claro, pero entonces, ¿por qué Pablo dice, “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”, y esto de que “contra nosotros” habla de un hacer, activo, de parte del hombre. Además tenemos el Génesis, cuando Dios nos hace “a su imagen, según su semejanza”, y además, le mandó que labrara el huerto. Sí, es cierto que hubo una caída, una separación ontológica del hombre en cuanto a Dios, es cierto todo eso, pero eso no quiere decir que Dios nos haya olvidado del todo, además, una vez que los hombres vivimos en Cristo, y somos llenos del Espíritu de Dios, que son las arras, aquellas que nos hacen a nosotros signos que brillan en la oscuridad para que Dios sepa que somos salvos, entonces el hombre comienza a ser capacitado “para toda buena obra”. Recuerda que Pablo reconocía que se hacían obras en el mundo por medio de los hombres, pero que estas obras debían reflejar a Dios, o que debían darle la gloria y la honra a Dios.

Pero hay algo que debes saber, y estúdialo para que posteriormente le digas a tu tía: para los hebreos, tanto el espíritu como el cuerpo eran una misma cosa, no había una separación ontológica, así como con los griegos, que todo era tripartito, espíritu-alma-cuerpo, no, para ellos el hombre era uno sólo, y si es así, entonces, las acciones de Dios, como señalas, son orgánicas, es decir, si dice la Biblia que Dios “produce tanto el querer como el hacer”, y también vemos que las disciplinas modernas nos hablan de una psique y de una voluntad y de cosas por el estilo, de cuestiones mentales y formas ordenadas del cerebro, quiere decir que Dios actúa por medio de nuestro organismo. Una vez leí que Dios habitaba en nuestra alma y que nosotros éramos sus manos, decirlo así se me hace, hoy día, muy inocente, muy poético, pero es una forma de decirlo, como todas las cosas que decimos, son formas de hablar, pero así es. Dios nos da el obrar y el querer y la voluntad, y es más, cuando ya el Espíritu de Dios habita en nosotros, nuestras obras son más de nosotros que nunca antes, porque antes de Dios en nuestra vida, de que Jesucristo fuera en nosotros y nosotros en él, recuerda que “éramos enemigos en nuestra mente y en nuestros pensamientos” y que estábamos en el mundo “sin Dios, alejados de la ciudadanía” que nos dio el Señor, pero una vez que estamos en Cristo, que vivimos en Jesucristo, somos tanto más seres libres y conscientes, que antes de ser adoptados hijos suyos.

Creo que Dios es el que nos capacita para hacer obras buenas, efectivas, reales, originales, espirituales, esenciales, obras verdaderas, y que nos capacita para que cada día crezcamos en la humanidad que Cristo quiere, y que fue por la que vino a morir por nosotros.

Mira, creo que Dios y el hombre están unidos tan estrechamente, que solamente puedes distinguir, en la doctrina, el actuar de Dios, porque si te das cuenta, en la vida cotidiana, la línea que divide a Dios del hombre, en el sentido de las acciones, es muy delgada, casi imperceptible, es más, diría que es un intersticio casi invisible. ¿Cómo distingues que fue un sentimiento tuyo que el que te llevó a actuar de cierta manera del sentimiento que te puso Dios? Es complicado, porque es en tu mente donde se produce x sentimiento, es en tu mente donde surge x pensamiento, y claro, decimos, ah, este sentimiento me lo produjo Dios por esto y esto y esto, pero claro, si tienes fe, claro que verás a Dios en todas las cosas, pero cuando no tienes fe, cuando simplemente piensas, todo pensamiento, para ti, es orgánico. Es la fe la única herramienta que te ayuda a distinguir en este mundo a Dios y su actuar. Pero cuando lo ves así, fríamente, sin fe, o con fe pero piensas así, como viene a ti lo que acabas de hacer, como lo percibiste, entonces piensa, ¿quién actúa, Dios o el hombre? Creo que debemos llegar al punto en el que descubramos que Dios actúa en el hombre y el hombre actúa por Dios, es decir, creo que es una relación dialéctica, un ir y venir, pero la fe es la que te hace distinguir lo que pasa, pero claro, humanamente, no podemos dejar de estar agradecidos, no podemos dejar de decirle a otras personas que x persona, de este mundo, nos ayudó; sabemos que en el mundo hay usos y costumbres, y sobre todo, formas de hablar. Yo creo que tú manejas una cierta forma de hablar cuando señalas el agradecimiento hacia tu primo, y creo que a tu tía le falta decodificar esa forma de hablar tuya, pero no la decodifica “bien” a causa de que, ahora mismo, se encuentra, ahora velo desde ella, “endiosada” con Dios. Pero incluso Pablo mismo agradeció a las personas sus acciones a favor de su vida, y así se veía que agradecía, por un lado, a los hombres por sus buenos sentimientos hacia él, pero agradecía a Dios por los seres humanos tan maravillosos que lo habían cobijado.

Creo que se trata de un agradecimiento doble, y es más, creo que como creyentes en el Dios vivo y verdadero, sea el que sea que es, estamos llamados, primero, a dar gracias en todo, segundo, a dar un agradecimiento doble, reconociendo a Dios en las acciones de los demás, pero agradeciendo al hombre, al ser humano que está a mi lado, que me ayudó. Debemos aprender a ser agradecidos. Incluso creo que agradecer humildemente a Dios por sus bondades, no te libra de agradecer humildemente al ser humano su disposición de ayudarte, puesto que si dice, “Y a tu prójimo como a ti mismo”, ese amor al prójimo se refleja, también, en el agradecimiento, y no creo que agradecer sea dar culto a falsos dioses o hacer al hombre como dios, no, simplemente es parte esencial de la sanidad que hay en las relaciones humanas con amor. Agradecer a Dios y al hombre es parte de la condición humana. Además, me parece que hay de agradecimiento a agradecimientos, y creo que el agradecimiento a Dios es de otro nivel, y el agradecimiento a las personas es de otro. El agradecimiento a Dios es incluso parte de la doxología de nuestro ser, de nuestra ontología, de nuestro ser cristianos, como parte de nuestro “culto racional”, y el agradecimiento a los seres humanos es parte del amor a los seres humanos, es tanto como decir “gracias carnal porque me quieres un chorro”, “gracias amigo porque haces tantas cosas por mí”, “gracias hermano, porque en verdad aprecio la taza de café”. Es medir el agradecimiento y es ver que “Dios está en el cielo”, y nosotros estamos en la tierra, es decir, el agradecimiento a Dios es de una profundidad abismal, el agradecimiento al hombre es de una profundidad abismal, pero no implica agradecimiento de salvación tal como nos la da Jesucristo.

Además, ¿por qué no has de agradecer a Dios y a tu primo que te hayan devuelto con vida a tu hermana y disfrutes de ella y sepas que sigue con vida? ¿por qué no has de tener un culto racional mucho más profundo hacia el Señor, pero un amor mucho más perfeccionado por tu primo, que estuvo en la disposición de dar el dinero para salvarle su vida, vida biológica, ya que Dios le salvó su vida espiritual? Creo que si debemos superar el maniqueísmo que nos hace creer que el hombre y Dios están separados para todas nuestras acciones, debemos comenzar a reconocer al hombre y a Dios o a Dios y al hombre, juntos, en todos los caminos, y que si ontológicamente el hombre está separado de Dios, ontológicamente Dios lo redime uniéndolo a Él en una vida nueva, diferente, que le llamamos vida eterna. En lo personal creo que debemos comenzar a ver a Dios y al hombre en un conjunto mucho más profundo de lo que nos han enseñado.

Y volviendo a Calvino, Calvino enseña que el hombre, si es la imagen de Dios, debe ser productivo, activo, es decir, hacedor en este mundo; ser y hacer en Jesucristo, pero ser y hacer y no dejar de hacer y dejar de ser simplemente porque Dios hace todas las cosas. Nuestro culto racional nos lleva a ser más productivos, a ser hombres y mujeres de más acción y de pensamientos profundos, porque Dios ya nos está capacitando para ser humanos más humanos.

Espero te sirva mi explicación…

Cuídate y estamos en contacto…

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