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Mostrando entradas de octubre, 2009

Postulado # 42

¿Ya no se encuentra la pregunta por Dios en una sociedad posmoderna, posindustrial, o simplemente los paradigmas, las estructuras de pensamiento, los mundos lingüísticos, se construyen con nuevas preguntas, y la pregunta por Dios se hace de otra forma?

Postulado # 41

¿Hasta dónde podemos pensar en la muerte de Dios? ¿Hasta dónde es útil pensar la muerte de Dios? ¿La muerte de Dios nos permite comprender, conocer, pensar, más libremente? ¿Se reestructura nuestro mundo lingüístico por la muerte de Dios? Dios es condición de posibilidad tanto en su muerte como en su vida, tanto existiendo como dejando de existir. El punto es que la idea de un Dios vivo o un Dios muerto no deja sin consciencia de construcción del saber, de conocer y del lenguaje, al hombre. No se pude refutar ni sustentar la idea de Dios.

Postulado # 40

El diálogo entre disciplinas permite la negociación entre conocimiento y saber. En este caso, una cosmovisión reestructurada hace surgir una nueva espiritualidad.

Postulado # 39

En el siglo XXI se han constituido nuevas formas de conocimiento y saberes; nuevas formas de estrucurar el saber, el conocer, el lenguaje. Esto nos lleva a entender que el trabajo entre filosofía y teología, entre literatura y ciencia, lleva a nuevas formas de lenguaje, de saber y de conocer, que mantienen en crisis al hombre. La crisis, como conflicto cognitivo, permite reestructuraciones en las cosmovisiones que hemos construido.

Postulado # 38

A partir de Babel, en nuestros mundos lingüísticos se manifiesta la huella del Otro en el rostro del otro. El otro es lenguaje porque puede ser comprendido, de esa forma, el otro, en su rostro, diríamos que es lenguaje. El rostro es lenguaje y de este modo, entonces, el rostro es comprendido, pero ya comprender, comenzar a comprender es pensar al otro. Pero el pensamiento hacia el otro se vuelve infinito, porque el rostro del otro es habitado por la huella del Otro. Dios viene entonces al pensamiento, aun cuando el pensamiento no puede alcanzar a pensarlo, no pueda comprenderlo. Así, Dios se manifiesta en el rostro del otro para ser comprendido. La huella del Otro en el rostro del otro se manifiesta en Jesucristo. Desde la aparición de Jesucristo ante nuestros ojos Dios como huella, la huella del Otro, se hizo comprensible, es decir, pensable, porque de otra forma, la huella del Otro jamás podría haber sido comprendida, pensada, conocida; el rostro del otro, entonces, se encuentra dent

Postulado # 37

Sobre la huella del otro, tal como la concibe Lévinas, diríamos, junto con él, que es Dios en el otro; Dios como huella, como aquello que solamente muestra que algo estuvo aquí pero que ya se ha ido; Dios es ausente eterno y presente infinito. Dios "siempre está ausente", nos dice Lévinas, "Considero esto como la huella del otro en el hombre [...] cada hombre es la huella del otro. El otro es Dios, el cual viene precisamente al pensamiento". De este modo es posible que Dios pueda ser pensado. Pero no en su ser, que es espiritual e invisile, es decir, incomprensible, sino en su relación con el otro, ya que el Otro que es Dios habita en el otro que es el hombre, transformando al hombre en huella misma de sí mismo. De este modo el hombre jamás es ya en sí mismo sino que su ser se manifiesta en el no ser porque al ser huella a causa de la huella del Otro en su ser, entonces el hombre jamás se encuentra en donde, por decirlo sí, se le ubicaba, jamás está o se encuentra

Postulado # 36

El mundo es el horizonte donde el hombre es, es un ser siendo, pero no aislado, sino un ser con los otros. El ser en el mundo del hombre implica un ser con los otros pero no simplemente como un habitar, sino como un ser más allá del habitar, porque ser en el mundo también implica un ser por medio del lenguaje. El ser que es lenguaje es un ser que comprende y puede ser con los otros. El mundo lingüístico del hombre es la libertad del hombre, porque es posible que el hombre sea, ya que ser implica superar su existencia, trascenderse a sí mismo. Pero en el mundo como horizonte del ser del hombre, Dios aparece como la infinita posibilidad del ser del hombre, y es Dios el que le permite que el hombre, por medio del mundo lingüístico que posee -o tal vez por el mundo lingüístico que posee al hombre- comience la trascendencia de su propio ser.

Postulado # 35

Según Gadamer, "El ser que puede ser comprendido es lenguaje", de esta forma, nosotros diríamos, "El ser que puede ser comprendido y puede ser nombrado es lenguaje"; siendo así, Dios puede ser nombrado y comprendido, por tal motivo, es lenguaje. Aun cuando Dios se encuentra más allá de nuestros mundos lingüísticos, también debemos recordar que Dios se ha revelado a nosotros en la persona de Jesucristo, y Jesucristo ha sido su exégeta y hermeneuta, por tanto, es posible comprender y nombrar a Dios, a Dios en sí mismo no, sino en su relación con el hombre. Dios es ser que es con el hombre, él es el Otro que es huella en el otro, en el rostro del otro. Todo aquello que es dicho existe, porque de otra forma no podría ser dicho, ya que solamente aquello que existe o es puede ser pensado, y si yo puedo pensar a Dios es que él existe y es, aun cuando está más allá de mi mundo lingüístico. Dios es el Dios que viene a la idea del hombre, que se acerca y que es por medio del