ESPACIO TRANSCOGNITIVO

   


El espacio que se forma entre un pensamiento y otro, y que se enlaza a través del diálogo. El diálogo abierto de saberes entre las comunidades y entre los individuos permite que se genere un tejido socio-cognitivo que enriquece todo el saber de los grupos humanos que se han formado a través del tiempo. 

Espacio transcognitivo 

El espacio transcognitivo es un concepto que se refiere a un ámbito de la experiencia que va más allá de lo cognoscible o lo racionalmente comprensible. Es un espacio que no puede ser definido en términos de las categorías habituales del conocimiento humano, como la lógica o el pensamiento analítico. En cambio, se trata de un espacio donde la intuición, la emoción y la percepción se mezclan para dar forma a una experiencia que no puede ser fácilmente articulada con palabras.

El término "transcognitivo" se utiliza a menudo en la filosofía y la psicología transpersonales para describir una dimensión de la experiencia que va más allá de la mente individual y se conecta con la conciencia universal o la conciencia colectiva. Según esta perspectiva, el espacio transcognitivo es un espacio de unión entre el individuo y la totalidad de la existencia. Es un espacio donde las fronteras entre el sujeto y el objeto se disuelven y se experimenta una sensación de unidad y de conexión con todo lo que existe.

El espacio transcognitivo puede ser experimentado en diversas situaciones, como en estados de meditación profunda, en momentos de intensa creatividad, en experiencias de belleza estética o en situaciones de crisis emocional. En estas situaciones, la mente racional y analítica se silencia, y se abre un espacio para la experiencia de lo desconocido, lo inexplicable y lo sagrado.

En la cultura occidental, la idea de un espacio transcognitivo ha sido tradicionalmente asociada con la religión y la espiritualidad. Sin embargo, en la actualidad, el concepto ha adquirido una mayor relevancia en contextos más amplios, como en la ciencia, el arte, la política y la ecología. En estos campos, el espacio transcognitivo se presenta como un espacio de creatividad, innovación y cambio, donde la mente humana puede explorar nuevas posibilidades y soluciones a los problemas más complejos de nuestro tiempo.

En la ciencia, por ejemplo, el espacio transcognitivo se relaciona con la exploración de nuevas teorías y modelos que desafían los límites del pensamiento convencional. En el arte, se relaciona con la creación de obras que expresan lo inexplicable, lo inefable y lo misterioso de la experiencia humana. En la política, se relaciona con la búsqueda de soluciones que van más allá de los marcos ideológicos establecidos y que apuntan a una transformación profunda de la sociedad. En la ecología, se relaciona con la necesidad de encontrar nuevas formas de relación con la naturaleza y de construir una sociedad más sostenible y equitativa.

En resumen, el espacio transcognitivo es un ámbito de la experiencia que va más allá de los límites del conocimiento cognoscible y que permite la exploración de nuevas posibilidades y soluciones a los problemas más complejos de nuestro tiempo. Es un espacio de creatividad, innovación y cambio, donde la mente humana puede experimentar una sensación de unidad y conexión con todo lo que existe. En un mundo cada vez más complejo y desafiante, el espacio transcognitivo puede ser una fuente de inspiración y esperanza para la construcción de un futuro más justo, sostenible y humano.

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