Un nuevo eco de poesía beatnik...

Salgo de casa a tomar café
donde nadie me moleste
para poder pensar un momento...
Vuelvo a estar furioso
porque todo en casa se vuelve muy reducido;
quiero leer en mi sillón
y ya está ocupado por el gato,
quiero usar la mesa y en ella tengo muchos libros,
quiero ver si puedo meter algo nuevo al refrigerador
y ya está hasta el tope de comida.
¿Acaso no hay espacio para mí
en esa casa, en ese lugar?
¿Acaso yo mismo estoy en contra mía
en guerra contra mí mismo,
como diría Derrida?
Qué me importa la casa y el refrigerador
y el gato y los peces y el perro
todo se puede ir al carajo,
hasta yo mismo
si me sigo estorbando en la casa
al poner todas mis cosas
regadas por toda la casa.
Y me fastidia, más aun
que la casa sea mi propia casa
mi propio cuerpo
mi propio ser...

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