Periódicos y revistas, cómics y películas, y algunos libros: hablando de mi propia epistemología...

Comencé a comprar libros por 1998; fueron varios de superación personal, de literatura y algunos de teología poética. Por ese mismo año comencé a estudiar la filosofía, y fue que llegué a los ensayos sobre Sören Kierkegaard. Así que mi paso por la filosofía inicio con el existencialismo.
Después vino el juntar periódicos, por el año 2002, y fue hasta el 2005, más o menos, que me interesaron las publicaciones culturales en los suplementos -incluso llegué a escribir en un suplemento cultural del periódico El regional del sur, llamado "Coordenadas de la utopía", en la sección que titulé El arte de existir debajo del sol-, y así, comencé a coleccionar los suplementos "Confabulario", de El Universal, "Laberinto", de Milenio, "Jornada Semanal", de La Jornada y "La Crónica Cultural", del La Crónica. De los periódicos he juntado los artículos sobre América Latina, Medio Oriente, análisis y ensayos, las cartas del Subcomandante Marcos, y otros más.
Los cómics los he conocido desde los 6 o 9 años -entre esos años junté unos cómics de Marvel, donde se veían a todos los superhéroes peleando en un planeta "construido" por un ser llamado El Eterno, el equivalente a Dios en el mundo de los cómics; el título era "Guerras Secretas", y comencé a coleccionarlo en el #3-, pero Spiderman lo conozco desde los 4 años, cuando veía sus películas y me compraron un traje de dicho superhéroe, que por cierto no me gustaba, porque la máscara no se le podía quitar completamente, sino que estaba adherida a la playera o camisa, o sea, era de una sola pieza. Y siempre quise que se le pudiera quitar, hasta ahora, que he descubierto que el Spiderman de esos años era exactamente como mi traje: la máscara adherida a la traje. Así que me introduje al mundo de los cómics por medio de Spiderman, y años después, ya en la primaria, recuerdo que juntamos un album -mi hermano y yo- sobre el Batman de Tim Burton, y otros sobre el Batman de Batman regresa, también de Tim Burton. Recuerdo que ese Batman fue muy espectacular, y era la primera vez que se veía a un superhéroe tomado en serio a la hora de hacer una película -porque recuerdo que me llevaron a ver Batman, la película de los años 60 o 70, no recuerdo bien, donde el hombremurciélago era Adam West; un Batman bastante agogo, hippie, sicodélico y torpe, y donde el Guasón daba más risa que miedo, y no porque sea un payaso asesino, sino porque era bastante gracioso ver a un señor disfrazado-. Para ese entonces ya había comenzado a coleccionar juguetes de los superhéroes, ya fuera Hulk, Batman, Robin, Spiderman, La mujer araña, Superman, y otros, y comenzaba a buscar otra clase de disfraces, con bolsas de supermercado, cajas, papel de baño, etc.
Actualmente, me he dedicado a coleccionar algunos cómics. Pero hoy puedo ver que todo, desde el dibujo hasta los diálogos, la calidad y la estética del cómic ha cambiado profundamente. Hoy he juntado cómics, primeramente, porque a mi hermano, de 6 años, le gustan, y yo se los presenté cuando tenía como 3 años, y segundo, porque me han interesado las historias. He juntado la colección de Civil War, The Punisher, pero en serie para adultos, con contenidos sexuales explícitos, groserías, violencia extrema que lleva a asesinatos, y cosas por el estilo; está la colección de La guerra mundial de Hulk, que también juntamos, y la serie de El sensacional Spiderman; y bueno, algunos números sueltos o que se nos pasó comprar varios números. Así que, cada viernes y sábados, me doy una vuelta para comprar el nuevo número de Hulk o el que esté en ese momento a la venta.
De todos los superhéroes que existen, los que más me han atraído, son Batman y Iron Man, además de Wolverine y Spiderman. Los dos primeros, por la perspectiva tan posmoderna que se traza en sus líneas de diálogos y dibujos; la propuesta filosófica de su desarrollo como superhéroes, y las preguntas filosóficas y teologías que pueden surgir si se lleva a cabo un estudio serio de los dos personajes. En el caso de Wolverine y Spiderman, aunque son diferentes en su desarrollo, pensamientos y sentimientos, incluso en su moral y su educación, sus expresiones e intereses, son interesantes por el hecho de que se vuelven personajes bastante existencialistas, siempre con la duda y el temor en su interior. Wolverine teme jamás poder morir, y ha tomado como una decisión ética sentir dolor, ya que su organismo se auto-regenera. En el caso de Spiderman, ese deseo muy en el fondo por un día llegar a dejar a un lado su alter-ego, el deseo de abandonar todo y ser normal, pero su elevado sentido del deber que lo lleva a tomar, una y otra vez, su traje, su otro yo, y asumir todo el papel del héroe que salva a todo aquel que lo necesite. Esa necesidad de respuesta, de saber qué sigue, es lo que los hace tan interesantes.
Pero no sólo ellos son interesantes, también tenemos al Capitán América y Superman como personajes interesantes, pero en sus respectivas muertes. En esto es que se empieza a poner en duda al superhéroe tradicional: un superhombre en sentido positivo, alguien más allá de toda debilidad, puro totalmente, y se dá paso a otro tipo de superhéroe, uno más oscuro, con dudas, con el deseo de dejar de ser lo que es, y cosas por el estilo.
Las películas de superhéroes también son interesantes, por el hecho de que te muestran lo que siempre has soñado: que tus personajes se encarnen, y ahí tenemos a Iron Man, Hulk, Spiderman, Batman, X Men, y otros tantos que han tomado un papel humano y se han vuelto cintas, cinematografía, de tal forma, que ya merecen un género cinematográfico aparte de todos los demás.
Pero no sólo de películas de superhéroes necesito hablar. También quiero señalar el hecho de que comencé mi colección de películas en el año 2005. Adquirí un gran número de DVDs que no había podido ver en todo ese año. Películas, no de todo tipo, pero sí muy variadas. Así fue como coleccioné Retrato de una obsesión, Collateral, Batman inicia, El extraño mundo de Jack, la serie de Evangelion, El cubo, el Cubo zero y el Hipercubo, 300, Transformers, Yo robot, Sweeney Todd, y otras más, que me han gustado o que han significado algo; dos de mis favoritas, por elementos que se muestran en toda la trama, son la de Macario, con López Tarso, y El Santo vs La invación de los Marcianos. En Macario, el personaje es totalmente existencial, mostrando que sin Dios y sin el diablo, solamente tenemos nuestra muerte delante, y una soledad absoluta, algo así como una forma de heroicidad al estilo los grandes personajes de las mitologías antiguas, contemporáneas y posmodernas. En el caso del Santo, la perspectiva también es la del héroe al estilo Batman o Iron Man, que es un ser humano común, sin superpoderes, pero que ha decidido luchar por la justicia, la verdad y las personas; los únicos elementos que lo distinguen como héroe es su máscara-rostro y toda su tecnología. Porque para los años en que el Santo era un superhéroe de corte mexicano, la tecnología que usaba era bastante sofisticada, quién sabe cómo sería hoy.
Pero ahora es volver a los libros, a hablar de ellos, de los que fui juntando. Recuerdo que el primer libro serio que encontré fue de Kierkegaard, o mejor dicho, que hablaba sobre el filósofo y teólogo danés. Eso me llevó a buscar libros escritos por él mismo, y encontré otro que era de ensayos acerca de su obra, y al final me llegó el de su autoría pseudónima, Temor y temblor; que por cierto, Derrida, otro filósofo que he estudiado, un francés de la escuela estructuralista o posestructuralista, que tiene dos conceptos sumamente importantes para la filosofía y la literatura contemporáneas -deconstrucción y differánce-, hace un ensayo deconstructivo sobre Temor y temblor, que titula Dar la muerte.

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