Soy replicante y extranjero: poesía que se desvanece...

He visto cosas que tu gente no creería -tu gente, porque yo no soy tu gente, yo no pertenezco a los tuyos; las personas, que disfrazan su realidad con máscaras, con bailes de máscaras, que ellos mismos son máscaras... la máscara y la máquina: yo le llamo tu gente...
Naves de guerra, más allá del hombro de Orión, envueltas en llamas -he visto lo más grande y lo más pequeño; he visto cosas más allá de lo que alguien pudiera imaginarse; he viajado a otros lugares, he visitado otros mundos, he observado otras vidas, y visto, y en mis ojos están ocultos los secretos del Universo... si hay un Dios, seguramente en sus ojos están ocultos, con lágrimas, los secretos de su creación...
Vi al mar emitiendo luz en la oscuridad en la entrada de Tannhäuser -vislumbré un mar, observé su vida, a cientos, miles, millones de kilómetros lejos de tu planeta; contemplé el océano, vi su luz muy cerca de la entrada de otro cielo, de algún paraíso olvidado y regresé...
Contemplé rayos de mar, rayos C, que brillaban en las tinieblas, en las sombras, cerca de la Puerta de Tannhäuser -la esperanza brilló ante mis ojos, brilló por un instante, ¿puedes tú decirme qué color tiene la esperanza? ¿puedes enseñarme el origen del Universo? ¿puedes tú jugar a que eres Dios? Contemplé los rayos del mar en la Puerta de Tannhäuser y supe que la vida es para siempre, y un fuego eterno arde en mi corazón, en mis entrañas; estuve parado frente a la Puerta de Tannhäuser y esperé...
Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia -mis ojos contemplaron la vida, se asombraron ante lo más pequeño, alabaron lo más grandioso, contemplaron el Universo, lloraron porque estaban espantados al descubrir que la belleza existía, lograron ver a los ángeles envueltos en llamas, observaron el viento mover mi cabello, y vieron los besos que las Musas me dieron; ¿tengo que dejar pasar todos estos momentos? ¿tengo que dejar de ver ahora? ¿mis ojos ya no contemplarán el cosmos? He descubierto, al mirar, que cada vida guarda un secreto, y que se pudieran escribir cientos de miles de millones de libros, pero la única palabra verdadera que encierra todo aquello que se experimentó en vida, es la que llevamos en la mente, en la memoria, y esta palabra que guarda todo lo que he visto, se va a perder, será borrada para siempre, ¿y quieres que no llore? Justo cuando conozco el secreto de Dios, cuando es mío, empiezo a borrarme en el tiempo, y ya va dejando de existir ese secreto en mi interior. Cuando Dios es mío, deja de ser mío...
Es momento para morir -cada cosa tiene su tiempo, cada cosa tiene su lugar, cada vida tiene su momento, todo dura un instante, todo es pasajero. Es la hora de mi muerte, y después, no recordaré nada, y tal vez no sea recordado. Estoy espantado, porque ante tan terrible secreto, no tengo palabras para explicar todo lo que siento... es tan corto el lenguaje para explicar algo... nunca lograré decir toda mi palabra...
Adiós, es hora de morir...

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