Postulado # 55 ars poetica sobre Babel vi

Frente a tu ventana se encuentra un árbol que deja caer sus hojas cada determinado tiempo. Los colores del cielo, al atardecer, son más bellos cuando entran por tu ventana. Es tu ventana la clave de todo el pensamiento, porque por ella surge la luz, por ella observas el mundo, por ella entra la luz de la luna.

Miras por tu ventana al mundo, como si fuera todo nuevo, como si contemplaras una hoja de papel donde nadie ha escrito, y vislumbras la magia de lo que aun no sucede. Piensas que un libro es como el destino, como la vida, como el día de mañana, cuando aun no sabes lo que vendrá, y en la hoja en blanco nadie sabe qué será plasmado.

Cada mañana observas las aves que pasan en el cielo, y sus cantos llegan a tus oídos como notas de un adagio; pareciera que tu alma se entristece con el canto de las aves. Un pajarillo llega hasta tu ventana y toca el cristal, pidiéndote compañía, o tal vez comida. Abres y él entra. Pero es que a tu ventana se acercan todas esas aves de luz. Son pájaros bañados de la luz del sol, que brillan cuando llegan hasta tu lugar. Al menos así los percibes, como si fuesen pájaros de fuego. Es que tu ventana. Es que las aves de luz. Es que el tiempo y tú mismo. Te cuestionas. Todo te cuestionas.

Sentado quedas en la tarde y sentado quedas en la mañana; vives sentado frente a tu computadora, pensando qué escribirás. Al escribir portas la máscara de Blue Demon o la del Santo, y escribes sobre la lucha libre. Pero no solamente te interesa la lucha libre, porque hay más temas dentro de tu cabeza, y por todos te cuestionas. Cualquiera diría, sí, cualquiera diría que las preguntas sobre lo que es el amor suenan demasiado cursis, pero no para ti. Tú te preguntas qué es el amor qué son las galaxias qué son los animales quién soy yo de dónde vengo a dónde voy y te detienes en la pregunta quién es Dios quién es el hombre qué es todo esto que me rodea. Te preguntas pero nunca logras tener una respuesta. Pero volvamos a tus obsesiones. Sigues escribiendo sobre la lucha libre.

¿Qué sueñas cuando duermes, si es que sueñas? ¿Sueñas cosas o sueñas sonidos o sueñas imágenes? Para ti todo es sueño, ideas, pensamientos, imaginación. Describes, porque no encuentras otra forma de escribir. Escribes todo el tiempo, porque buscas en tus textos las respuestas a todas tus preguntas. A veces, más que la lucha libre, te gusta pensar en el arte. Entonces escribes sobre el arte. Escribes sobre tus pinturas favoritas, sobre los pintores favoritos de algunos filósofos. Tu máscara sigue cubriendo tu rostro. ¿Por qué te gusta escribir con la máscara del Santo o la del Blue Demon?

Pero, ¿qué es lo que escribes? Tal vez si transcribimos algunos de tus escritos breves, algunas ideas, podamos entender qué pasa por tu mente. Eres un milagro de este mundo, un verdadero milagro. Has desarrollado un pensamiento y un espíritu increíbles. Tienes un lenguaje muy particular. Tienes un lenguaje, y según lo que he leído, el lenguaje es lo que le da libertad al hombre. El ser humano es libre porque tiene un lenguaje, pero no solamente lo tiene, sino que va más allá y lo va construyendo a medida que entiende mucho mejor el mundo en que habita, en que es, en que su ser se produce, porque es ser siendo. Pero no solamente construye su lenguaje, sino que lo deconstruye, lo interpreta, hace exégesis y hermenéutica con él. El lenguaje es todo lo que posee tu atención.

Primero, veamos qué has escrito. Me parece que te has dedicado a pensar durante un año todo tu texto, porque encuentro que ya tienes una gran cantidad de páginas. Mira…

“Imagino Babel como una gran ficción, como una novela de ciencia ficción o una novela gráfica. Como un cómic que contuviera todos los personajes pasados, presentes y futuros que han de dibujarse; o como el libro de ciencia ficción que contiene todos los libros que se han de escribir, que se escriben y que se escribieron. Como un ciberespacio desbordado, como la suma de todos los hombres de la historia pasada, presente y futura; la suma de todos los lenguajes y de todas las cosas y sus respectivos lenguajes. Si Babel fuera aquella torre mítica de la que nos habla la Biblia, entonces en ella estarían contenidas todas las cosas que los hombres han inventado durante todas las épocas. Un lugar infinito con objetos infinitos”

Primer párrafo de todo un ensayo. La dificultad que se encuentra al escribir siempre es en el primer párrafo, porque debe encerrar lo que estás pensando, cómo lo estás pensando, en qué forma lo haces funcionar con todo el texto. Primer párrafo, primer intento. Siempre el más difícil. Pero no creas que esto acaso fuera un intento por teorizar sobre la literatura. Realmente intento escribir para que leas lo escrito, y a tu vez, uses algunos textos de los que aquí intentaré poner para ti; úsalos para tus escritos, para responder tus preguntas, para formular ideas para tus ensayos.

Cuando imaginas aquella torre de Babel, y la describes como gran ficción, como una novela de ciencia ficción, ¿realmente está en tu mente el pasaje bíblico de Génesis 11, cuando las lenguas se confundieron, o es que tomas Babel desde otra perspectiva? Pero veo que Babel, para ti, es un ciberespacio desbordado. Pienso automáticamente en Agustín de Hipona. Dios es el Dios que se desborda en las Confesiones de aquel teólogo. Si Babel se desborda como ciberespacio, entonces Babel ya no está encerrado en las cuatro paredes bíblicas, sino que se desborda hacia el mundo, y de hecho, Babel es el mundo y el mundo es Babel.

“Babel va más allá de ser un concepto o una palabra o una idea, incluso va más allá de los sueños de todos los hombres. Si el significado de dicho mito es “Puerta de Dios”, o “Confusión”, o incluso “Puerta falsa”, entonces estos significados habría que matizarlos para entenderlos a profundidad. Si vemos a Dios como lo infinito mismo, como un ser en sí mismo, que contiene todo el conocimiento absoluto, entonces Babel es la representación, gráfica, de ese ser infinito. Un dios que conoce todo se transforma en un monstruo de infinitas cabezas, infinitas mentes, infinitos pensamientos y sueños. Un sueño infinito no puede ser otra cosa que una pesadilla, y recordemos que Jacob soñó una escalera que subía hasta el cielo y tocaba la tierra, y en lo más alto se encontraba Dios, el Dios infinito, así que el sueño de Jacob se torna infinito, absoluto, porque esa escalera, que tocaba el cielo, es decir, a Dios, tocaba todo lugar y sin embargo no estaba en ninguno. ¿Dónde podemos ubicar a Dios? En ningún lugar, y es como las narraciones de Borges que hablan de un objeto infinito, que su centro está en todas partes, y su circunferencia en ninguna”

Permíteme ir transcribiendo todos los textos que has escrito sobre Babel. Permíteme construir un textos a partir de tus textos, a partir de tus ideas, a partir de hablar de ti. Permíteme verte como el personaje principal de todo mi ensayo, de toda esta crónica, de todo esto que estoy escribiendo. Escribir acerca de las obsesiones que posees y que en determinado momentos son muy parecidas a las mías, si no es que fueran las mías. Pero sé que no son las mías, porque yo te veo a ti sentado frente a esa computadora, y yo estoy escribiendo acerca de ti desde el otro lado del… no, no diré en qué lado me encuentro. Si algo intento es dislocar mi voz. ¿Desde dónde hablo? Puedo ser ese narrador omnipresente, puedo ser cualquier objeto, todos los objetos que hayas tocado en todo momento. Cualquier objeto podría hablar de ti.

Recuerdo, y al decir esta palabra, casi olvido. El olvido es otra forma de recordar, el olvido es un recuerdo más profundo, porque solamente olvidamos cuando ya no queremos recordar. El olvido es profundo, porque es semejante a un pozo sin fondo. Recuerdo el sueño del que hablas, aquel sueño de Jacob, donde la escalera llegaba hasta Dios y ángeles bajaban y subían por la escalera. Según Harold Bloom, “Los ángeles no son sino imágenes efímeras”.

Aquí reflexiono sobre los ángeles, ahora que encuentro que tú has escrito sobre ellos. Y es que la palabra ángel significa mensajero. La palabra ángel significa aquel que lleva la palabra. La palabra de la palabra. Signo del que significa en una voz.


“¿Podríamos pensar de otro modo la lucha entre Jacob y el ángel? ¿Tal vez no un ángel, sino una voz que se pierde en el desierto, que no deja ser tomada, ni por sorpresa, sino que es huidiza, que es inestable, que se mueve por todos lados? ¿Jacob luchó con el ángel por una bendición, o, será que Jacob lucha con el mensaje, porque recordemos que ángel significa mensajero, y luchaba para entender el mensaje, el sentido más profundo de la palabra divina? ¿Es que era Dios aquel ángel-palabra que luchaba con Jacob y es por eso que esa voz que se pierde en el desierto, y que va y que viene, le puede cambiar su nombre-rostro, su esencia, y llamarse Israel? Si los ángeles son imágenes efímeras, podríamos ver un rostro dibujado en el viento, o la figura de dos ojos que nos observan desde las nubes. ¿Es que Abraham sintió un viento tranquilo, apacible, como un silbo, e interpretó que el ángel desde el cielo le gritaba que no sacrificara a su hijo? ¿Es que Abraham creyó “escuchar” la “voz” del ángel, es decir, la voz misma que estaba junto a él? De una o de otra manera, Abraham es llamado a interpretar el mensaje, porque es un ángel, un mensaje, el que se le está dando, e interpretarlo, en este caso, con fe en Dios. Moisés subía al monte a escuchar la voz de Dios, y el Señor le hablaba, pero no le mostraba su rostro, pero, ¿su rostro no representa ya la voz de Dios? Cuando Dios le dice que no podrá ver su rostro, pero que contemplara su espalda, pensemos, ¿es que Moisés nunca entendió del todo el mensaje, comprobándose al interpretar la espalda de Dios como la imposibilidad de ver, cara a cara, el verdadero rostro divino, es decir, imposibilidad de escuchar directamente la voz-mensaje de Dios? Si el ángel es una imagen fugaz, efímera, como lo es la palabra fugitiva, entonces el ángel es un mensaje, una palabra, que se encuentra borrándose ya desde el primer momento en que es pronunciada. Es por eso que Moisés nunca escuchó el verdadero mensaje de Dios, pero no porque Dios no quisiera, sino porque ya el hombre en sí vive en el estado posbabélico de la humanidad, el posmodernismo que no permite ya que exista un verdadero y único significado en lo escrito o en lo hablado, o en la imagen fugaz, efímera, que es el ángel. Una pintura muestra a Jesús reposando en los brazos de un ángel. Esta imagen, que por demás es simbólica, representa el momento en que Jesús reposa en las palabras de Dios mismo. Es un abrazo efímero, porque desaparece junto con el ángel. La palabra, entonces, en su fugacidad, aparece y desaparece, dejando la estela en nuestro ser, una sensación de que ha pasado, diría Derrida, un meteorito, el instante del arco iris, un suceso momentáneo, instantáneo. La fragilidad del ángel se muestra en que su rostro se desvanece en el viento. El silbo apacible de Elías es el silencioso ángel que habla desde el viento apacible, desde el corazón de Elías que le cree a Dios, que cree que Dios habla en ese momento. Pero son momentos hermeneutas, de interpretación, son momentos que la fe quiere atrapar, retener, y es como el creyente, que aun sin haber visto nunca en su vida a Dios, lo recuerda en cada momento de su vida, en cada paso y cada pensamiento; ahí está Dios, en esa imagen efímera, encerrada en la mente, en la memoria, pero que se desvanece a cada instante. Porque el ángel, el mensajero, el que trae la palabra de Dios, solamente aparece una vez, para luego desaparecer, y Dios mismo, en su ser, nunca se para frente a nosotros, sino que es la presencia más ausente de todas. ¿Es que todos los escritores bíblicos, y los personajes principales de la Biblia, hacer una labor de hermeneuta al escribir que han “escuchado” la voz de Dios? ¿Job hace labor de hermeneuta al decir que la voz de Dios viene desde el torbellino? Job, ese hombre existencial, tan parecido Macario que niega darle de comer a Dios y al diablo, y que a la única que alimenta es a la muerte, Job se vuelve un personaje existencial que se encuentra entre dos fuegos, el divino y el humano, el divino y el maligno, y permanece como hombre que existe en el mundo. Y Job mismo se vuelve mensaje, texto, ángel que ha de ser interpretado, leído, pensado, porque él mismo es un trazo. Él mismo es una letra fugaz, un relato, una ficción del pensamiento que lo escribe, y lleva un sentido que debe ser reconstruido para entenderlo. Job existe como poema, pero más allá de eso, sin piel, sin huesos, sin cerebro, sin existencial real y concreta, permanece como un ángel fugaz, imagen efímera, que debe ser reinterpretada hasta el infinito. Toda la Biblia, entonces, tiene ese rasgo etéreo, ese rasgo de ser dictada por un ángel, y por eso es que la Biblia, en su sentido, permanece como una construcción, un tejido, de muchas imágenes efímeras, que deben ser interpretadas, deconstruídas, a fin de retenerlas por un momento, tal como Jacob pudo retener por un momento esa voz en el desierto que no se sometió nunca, y que al contrario, transformó su rostro y su nombre”

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