Cuentos del mundo mágico: El lenguaje de las cosas

Los niños corrieron a la casa que estaba al final del patio y que los adultos les afirmaban que en ese lugar nada era como en otros lugares. Entraron por la ventana y todo ante sus ojos apareció diferente: un mundo distinto al que estaban acostumbrados a observar se hacía presente, como salido de un sueño, como si la imaginación de otro niño fuera esa casa y que cada pensamiento o sueño se materializara en algo dentro de esas cuatro paredes, que los niños solamente pudieron calificar de fantásticas. Todo volaba por todos lados como si fueran aves maravillosas, el reloj era sostenido por un pequeño viento, la cama salía volando hacia otro cuarto y regresaba corriendo, los cuadros llevaban en su interior las imágenes de personas sonriendo o hablando, y los niños podían caminar por el suelo, las paredes y el techo. Incluso escuchaban las voces de los animales: el ratón hablaba con el gato, un ave hablaba con una araña, un perro gritaba varios nombres. Y al acercarse a los juguetes, descubrieron que estos emitían pequeñas voces que eran casi susurros. Los niños acercaron sus oídos para escuchar mejor y lo que oyeron los hizo abrir los ojos de tal forma que parecía que ellos también saldrían volando como todas las cosas. Todos corrieron por la casa, saltando, brincando, volando, hablando con cada objeto. Era un mundo diferente, como dijimos al principio, y así, desde entonces, los niños regresaban a jugar con todas las cosas, cada tarde, y a escuchar la historia que, tanto los animales, como los objetos, tenían para contarles. Pero los cuentos más increíbles, fantásticos, mágicos, eran los que contaban los juguetes…

Comentarios

Entradas populares de este blog

ENSAYO: ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA, DEL HOMBRE SUPERIOR, NIETZSCHE