Postulado # 96 Babel que se extiende al infinito (cuarto)

Esta es la posible transformación del signo: el signo deja de representar aquello que significa, y permanece estático, ya sin significar, posiblemente se vuelva objeto en sí mismo, es decir, se vuelve cosa. ¿Ahora el signo podría tener un signo que lo significara? Veríamos la redención del signo, al nacer un signo de ese signo. Un signo que ya no está vacío del todo, sino que ahora se encuentra nuevamente lleno, aun cuando sea de modo virtual. Pero, si el signo se vuelve a quedar vacío, volviéndose insignificante, tal vez lo que estamos a punto de contemplar es la pura magia del signo. Es la magia del signo, porque no encontramos otra forma en que el signo pudiera permanecer dentro de nosotros, sino que se desvanecería en una nada absoluta, es decir, se perdería en el vacío del olvido absoluto, sin ya jamás volver a ser encontrado. Dice que Dios creó todas las cosas por medio de su Palabra, y que la Palabra habitaba en Dios, y era Dios; con su Palabra, llamó a todas las cosas desde la no-existencia, y comenzaron a existir, es decir, fueron llenas de esencia que las hizo existentes. Pero es en Babel donde las cosas son arrancadas de la esencia que las mantiene existiendo, de esa Palabra que las sostiene con su poder. Cuando las cosas dejan de estar en la Palabra que las sostiene, dejan de ser cosas verdaderas y se vuelven cosas artificiales. La Palabra se hizo carne, habitó un cuerpo, se hizo cosa, pero fue cosa después de Babel, así que la Palabra misma habitó la realidad virtual. Pero el Dios que había dado existencia a las cosas, existencia verdadera, haciéndolas cosas verdaderas, volvía en la Palabra que se hacía cosa virtual, y de ese forma, redimir a la cosa virtual. Pero, ¿cómo redime a la cosa virtual?

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