ENSAYO: FRAGILIDAD DE LA MEMORIA

Ya es bastante tarde... debí acostarme hace varias horas, porque mañana trabajo, y desvelarme, o me hace tener dolores de cabeza o estar de un humor insoportable. Pero tenía necesidad de escribir algo (no todo lo que tengo en la mente ahorita, porque es mucho, pero sí algo de lo que he pensado). 

Anoche vi un gato; la imagen que tuve de él fue tan "literaria", tan "poética", tan "poemática", que me esforcé en guardar la imagen en la memoria. Eran casi las 9 de la noche, estaba parado en la calle, y vi un gato caminar, entonces se detuvo y se sentó (como solamente los gatos saben sentarse); yo tenía la cabeza recargada en mis brazos, que al mismo tiempo estaban recargados en la camioneta, y vi de reojo al gato; lo seguí con la mirada, hasta que se detuvo, y fue entonces que me di cuenta que estaba sentado justo en medio de la calle. Como ya era de noche, los focos de la calle ya estaban prendidos (en realidad solamente había un foco prendido, y estaba un poco retirado del gato, pero ahí está la belleza, porque...); la luz del foco se escondía detrás de las ramas y hojas de un árbol, que cae, precisamente, sobre el gato; entonces todo queda entre oculto y entre visible, porque la luz se muestra a medias, y el gato se encuentra entre la sombra y la luz, así que realmente se ve de un sólo color, junto con todo lo demás que está cubierto por la oscuridad. Y luego la calle, que con la mirada, si se sigue, parece que hay cierto movimiento; el gato está ahí, y...


Dije al principio que "guardé" la imagen en mi memoria, como si la memoria fuera una cámara fotográfica o una caja de cartón donde echamos todas las cosas que nos encontramos a nuestro paso. Pero lamentablemente la memoria no sirve para recordar (¿entonces para qué rayos sirve la memoria si no es para recordar?). Sirve para inventar, eso es lo que ella hace; la "memoria" inventa aquello que según nosotros recordamos perfectamente. Incluso cuando ya veníamos para la casa intenté guardar por un momento ciertas palabras que habían brotado de mi interior, algo así, "Las palabras y los recuerdos que están en la memoria se van tan fácilmente, como si el viento soplara sobre arena"; y no es la frase que pensé, pero intentaba mostrarme cuán frágil es el recuerdo. Pensamos que tenemos todo junto, y no son más que los inventos de la memoria. Por eso es que es tan fácil dejar de recordar, o recordar aquello que queremos recordar, pero no lo que nos duele. Y creo que es una bendición olvidar algunas cosas, porque el mundo sería una cadena de tragedias y suicidios. 


Todas las mañanas me despierto con una canción diferente en la mente. Ayer me desperté con melodías de U2; luego me despierto con melodías de The Beatles. Otros días con Facundo Cabral y otras veces simplemente hay una melodía en mi cabeza que es imposible reproducir, porque parece que se tejio durante toda la noche, y en la mañana el hilo se va perdiendo en el aire, en el tiempo. 


¿De qué está hecha la vida? De momento, de recuerdos, de caricias, de amores, de besos, de miradas; y todo eso es tan subjetivo. Somos unas subjetividades metidas en este mundo que se va destejiendo. La memoria puede ser el polvo que se va juntando, pero que luego desaparecerá y nadie sabrá que hubo un polvo en ese sitio. 


Y yo mismo, recordaba que quería escribir al principio de este texto, y ahora, ya olvidé el sentido de mi escritura, y de por qué tenía necesidad de escribir, será que...
No tengo la menor idea de lo que pensaba al principio...

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