ENSAYO: SUPERMAN Y ANDY WARHOL

La repetición hasta el cansancio de las imágenes del Hombre de Acero no es la afirmación de su poder casi omnipotente, mucho menos de su conocimiento, lejano a la omnisciencia; más bien tiene un significado de afirmación como imagen que representa parte del arte posmoderno, que es un arte culto -ya es culto, porque se investiga, se piensa, se riguriza en textos, se sistematiza, y en segundo término, es culto, porque son imágenes cúlticas, de culto- y en este caso, Superman es un icono de cultura popular, como actualmente es el cómic que se eleve a nivel de pop art, de arte popular, de consumo de masas. Signos que se venden en los puestos de periódicos, entre 25 y 50 pesos, dependiendo el cómic, dependiendo el tema, dependiendo su fecha, porque hay algunos que son de colección y valen millones.

Superman fue retratado, y para nosotros, repensado, por Andy Warhol, y sabemos que el arte que él "creaba", dentro del discurso del artista, era un arte que ya no contenía más el significado metafísico, sino que era creado como "alimento" para las "masas hambrientas" de consumir signos. Es signo el auto que tengo, porque proyecta a los demás que poseo un estatus. Es signo el reloj y los lentes. Pero no estamos criticando, en sentido negativo, el arte que consumen las masas, sino que nos ponemos al mismo nivel que ellos, y nosotros también somos la masa, también consumimos, también aprendemos por los nuevos maestros que tenemos en los medios, también creemos que Superman es una extensión de nosotros mismos, de nuestros sueños y deseos. Y no sólo Superman, sino todos aquellos signos que devoramos, a los que les pedimos milagros, aun los milagros intelectuales.

Hoy, una playera con el signo de Superman estampado, vale tanto como La Mona Lisa, no en cuando a dinero, sino en cuanto a sentido, significado. Entonces, ¿es que Superman se ha elevado a niveles enormes, que se puede comparar con la Mona Lisa, o es que la Mona Lisa se ha quedado sin valor en su esencia de obra de arte?

Tal vez, transformar todos esos personas, como Superman, nos lleve a una nueva forma de contemplar las cosas, el arte, la cultura popular. Vale tanto Superman como cualquier otra pintura, ya sea de Leonardo da Vinci, Picasso o Dalí. Porque hoy, todo es lenguaje, todo es signo, nada existe realmente, la metafísica se ha escapado por nuestras ventanas. Pero es que estábamos tan confiados que habíamos cerrado con llave la puerta, y olvidamos que nuestra casa tenía ventanas abiertas.