ENSAYO: SUPERHÉROE Y LUCHADOR

Igual y se oye pero si buen cursi esto, pero es que luego me pongo a pensar que todo en la vida sería muchísimo más fácil si fuera luchador, no del ring, sino uno más ficticio, uno sacado directo de las películas de Blue Demon o del Santo, así, que puede hacer de todo y por todos. Un luchador enmascarado, para ser exactos. O entonces, también se me viene a la mente que podría ser un superhéroe, pero no de carne y hueso, sino igual de ficticio que el luchador enmascarado, y podría volverme un cómic o salir en una película, con todo y los efectos especiales.

La verdad, aunque Superman me da así o más de flojera, la verdad es que quisiera -todos quisieramos!!!- ser Superman. O sea, cada uno por sus propias razones, unos muy perversos para poder tener rayos x y por fin saber de qué color es la piel que está abajo del sostén de la chica en la oficina; otros por deseos más criminales, y entonces quisieran tener superfuerza para poder robarse todo el dinero del mundo -supongo que esta parte todos la deseamos, aun sin ser criminales, y a más falta de dinero, mayor es el deseo de ser Superman, y supongo que por eso al Santo le llama "El Superman del subdesarrollo".

Si, quisiera ser superhéroe y luchador enmascarado. Pero con todas las ficciones que los construyen. Obvio, entonces el mundo en que yo sería ese superhéroe o ese enmascarado de plata, tendría que ser un mundo tan ficticio como cualquier otro cuanto fantástico o de ciencia ficción. Aunque claro, mi vida ficticia se apagaría al final de la página 200, así que desearía existir dentro de un libro de unas 500 páginas, o más, todas las que pudieran ser, porque supungo que aun siendo un personaje de ficticio, me seguiría dando miedo la muerte, aunque claro, no moriría, simplemente terminarían mis aventuras. Así que, desearía que hubiera una segunda parte, una tercera, y que los libros se alargaran hasta el infinito. Así o más deseoso de existir por siempre. Realmente mi problema es con la muerte, esta obsesión de que un día me voy a morir nomás no me deja, pero pues eso me hace disfrutar muchísimo la vida, darme cuenta de lo que tengo. Pero bueno, a ver, ¿por qué quiero ser luchador enmascarado o superhéroe, ficticios ambos?

Pues porque me podría escapar, por un momento, de las sensaciones de que a veces la riego con las personas que me rodean; y me escaparía siendo otro, siendo un ser perfecto, que nada más se pone su máscara y listo -Freud, ¿me condenarías en alguno de tus conceptos si deseo esto?- listo, listo, se haría la magia, yo ya no soy yo, y entonces, el que lastimó a las personas que quiero no sería yo, sino mi otro yo, o sea, es complicado, pero el caso es que yo me escaparía de mi yo para ser otro totalmente otro de mi propio ser, y bueno, un malviaje que me ayuda a entender que no me puedo escapar de mi culpa. La cargo yo y no otro. Estamos solos en este mundo de porquería.

Creo que esa sería otra buena forma de pensar en querer ser superhéroe o luchador enmascarado: este mundo sería menos porquería de lo que es, de lo que ya es, de lo que sigue siendo. Entonces, con mis superpoderes llegaría a cualquier parte del mundo y arreglaría todo en ese lugar: guerras, hambres, dolor, tristeza. Todo se acabaría en un santiamen. Y como yo sería más ficticio que Superman, pues tendría, como el Dr. Manhattan, la posibilidad de estar en dos o más lugares a la vez, y entonces podría, o agendar mis lugares para visitar, o visitarlos todos en el mismo día, pero estando en todos lados al mismo tiempo. Es otra forma de seguirme escapando de la realidad.

Tendría el poder de entender el futuro y el pasado -la obsesión de la ciencia ficción, el pasado y el futuro, pero más el futuro. Entonces, al leer el periódico, me iría a un día antes y ver qué estaría pasando, cómo arreglar la situación que se descompuso en mi ausencia. Bueno, entonces los reporteros igual y se quedan sin trabajo, porque ya no habría noticias que escribir. O sea, ¿un médico se queda sin trabajo si ya no hay enfermos? ¿Un maestro se queda sin empleo si todos nacen sabiendo las cosas y ya no tiene alumnos? ¿Un locutor qué podría decir en la radio si no tendríamos necesidad de inventar la música porque la tendríamos por dentro? O sea, el mundo es una porquería, y está bien así, que nadie lo arregle, porque entonces nos quedamos sin trabajo, y ya es muy tarde como para que nos organicemos en grupos y volvamos al paraíso perdido. Eso hubiera sido antes. Es más, si Adán no pecaba con Eva, si Eva no se ponía a pecar con la serpiente, este mundo no sería lo que es. Ahora, este mundo, después de ellos, ya era un caos, viene Babel y nos da más en la torre, no, pues no. Creo que es necesario este mundo así como está, para que todos trabajen y tenga qué comer. Lo malo que necesitamos de los necesitados, de los heridos, de los enfermos, de los muertos, de los pobres, de los ricos, de los que no saben ni qué onda, de los que no tienen ganas de superarse en esta vida, porque todos ellos hacen de este mundo lo que es y las cosas siguen estando como hasta ahora están, y están bien.

Fantasear que soy luchador enmascarado o superhéroe de cómic es bueno, bonito, agradable, me hace sentir bien, porque entonces, el puro sueño ya es terapéutico. Es más, si no existieran ni los luchadores enmascarados ni los superhéroes de cómics, ¿cuál sería la materia prima de Umberto Eco? Sí, otras muchas cosas, pero es que yo entendí a estos dos personajes, el luchador y el superhéroe, gracias a los textos de Umberto Eco. Aunque bueno, he llegado a ese mundo imaginario de muchas formas.

Pero bueno, es momento de que me ponga mi máscara de Blue Demon, para seguir leyendo las aventuras de Batman y Iron Man, y entender por qué Superman no hace más cosas de las que hace. Creo que todo esto tiene más un motivo existencial en mi vida que un motivo intelectual, pero es que si no me invento que es un motivo intelectual, pues entonces, de qué escribo? Así que mejor sigo pensando que todo lo hago porque tengo la formación de escritor, aunque no lo sea, ni filósofo ni teólogo, pero la ando haciendo al cuento para seguir divirtiéndome con lo que hago.

Ah, y Babel sigue siendo el mejor motivo para entender cómo se entrelaza todo esto.