ANGIE CRIPPA: LABERINTOS DE UNA MENTE FIGURATIVA
Una tarde de junio visitamos a Angie Crippa en su Taller. Cuando tocamos a la puerta salió a recibirnos y con una sonrisa nos invitó a pasar. No pude evitarlo y comencé a admirar su obra desde el momento en que la vi, incluso antes de que nos hablara de ella.
Nos sentamos a la mesa y fue mostrándonos algunos bocetos de su obra: figuras en plastilina, ideas para nuevos cuadros, y también pinturas ya terminadas, que por la combinación de colores, luz y material, yo las llamaría perfectas, aunque intuyo, por lo que nos fue platicando, que en este momento me diría "Una obra nunca está terminada y nunca es perfecta, y eso la hace perfecta".
Entonces comenzaron las preguntas: qué piensas del arte, desde dónde lo miras – porque el arte implica la mirada que implica la percepción -, cómo se inspira o qué la lleva a trabajar. Esto fue lo que nos comentó:
"Para mí el arte es canalizar todo aquello que eres tú en algo positivo" – esto lo mencionó mientras le preguntamos acerca de la perspectiva que tiene sobre el arte.
La vena artística le viene desde la niñez – "Pintaba desde niña. En casa pintaba las paredes, la ropa, los muebles. Jugaba con la plastilina" y hoy eso se refleja en una próxima exposición de más de 40 esculturas, usando nombres bíblicos para nombrarlas: "Luzbel, Judas, Pablo, David y Betsabe, Salomón", por señalar solamente algunas. Me muestra un toro mítico que llama "Pablo", y juego un poco con la idea del Minotauro cuando le pregunto acerca de él. Ha trazado el laberinto, aquel castigo al que fue condenado el Minotauro por los dioses, sobre su piel, como si la condena estuviera dibujada sobre su cuerpo a modo de un destino trágico.
El arte es un canal por el cual expresa al mundo sus estados de ánimo, sus pensamientos más complejos, sus demonios y sus ángeles – "Mis pinturas son mis demonios; mis esculturas son mis ángeles", nos dice. Jugar con las formas para contemplar un resultado, el arte de este modo se vuelve lúdico, "La escultura es lúdica, la pintura es catártica", así, continuamos contemplando sus demonios catárticos y sus ángeles lúdicos, de ahí que sea más figurativo su trabajo artístico. Porque ella considera todo un trabajo el arte pues es un proceso que transforma en verdadero maestro a quien lo practica - "La pasión va aunada al trabajo", nos dice. "La creatividad es un músculo", y como tal, ella ejercita ese músculo todos los días. La imaginación es lo que permite recrear el mundo cuando la mirada ha sido educada y la percepción logra "ver" la realidad desde diferentes cristales; es así como la creatividad se va ejercitando y su músculo se desarrolla hasta que "Te das cuenta y ya tienes todo un mundo": un mundo de arte que se percibe y se interpreta.
Su creatividad es extensa: pinta óleo, acuarela, tinta china y acrílico, además de elaborar vitrales; también pinta en papel, tela, piedra, y hace casting, que es el trabajo de la escultura en cristal; también diseña joyería en plata y hace esculturas; sus hijas estudian diseño, industrial y gráfico; recuerdo que hace algunos años expuso una serie de obras en la UAEM; es una buscadora de la palabra que expresan los materiales: "Qué dice el papel, qué dice el óleo, qué dice el cristal; para escuchar esas voces necesitas entrar en un trance artístico, en una especie de hipnosis". Es con este trance artístico que mira el mundo: "Veo las formas del mundo y para mí son figuras a interpretar; las nubes tienen formas y colores que solamente yo percibo y eso es lo que pinto; lo que yo veo, creo y percibo es lo que está en mis cuadros, y busco fusionar todo en una sola obra".
Cuando le preguntamos por último acerca de los errores, nos menciona que estos también se sistematizan: "Los errores son utilizados para tu provecho", y con esta frase nos muestra algunos de sus cuadros que tuvieron errores y terminaron transformados en verdaderas obras maestras: colores, formas, figuras: todo es una verdadera revelación artística.
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