ENTREVISTA A MARIO BELLATIN: LA ESCRITURA POR SÍ MISMA

En días pasados, vía Inbox, entrevistamos al escritor mexicano Mario Bellatin; la entrevista, que fue breve, y que esperemos continuarla, giró en torno a la relación que existe entre quien escribe, la escritura y el lector, además de su relación con las redes sociales y si estas tienen que ver o no con lo literario. Esto fue lo que nos escribió. 


Mario Bellatin: Me preocupa un poco eso de subir cosas de ficción en la red. Hace un tiempo alguien lo hizo, y el resultado fue poco afortunado porque tomaron de allí cosas curiosas, algunas de mal gusto, como si fueran verdad, y eso me generaba pérdida de tiempo en presentaciones y entrevistas porque la gente tiende a creer mientras las cosas son más imposibles. A creer de manera oficial, quiero decir.

Iconos Culturales: En ese caso la entrevista sería más corta, algo donde describas tu trabajo, o tu literatura, tu formación...

MB: ¿Más corta con relación a qué?

IC: Más corta en relación a que tú me describas de ti mismo sin que yo pregunte ciertas cosas que he encontrado porque pueden ser ficciones de las que no te agradan. Hay una curiosidad que tengo hace tiempo y es el hecho de que algunos amigos comentan que eres un escritor de literatura fenomenológica, ¿hasta dónde es así tu obra?

MB: No es que no me agraden, sino que a veces el juego es burdo. La impostura es un arte sutil. ¿Qué quiere decir literatura fenomenológica?

IC: Así como lo he entendido el diálogo sobre tu escritura con aquellos que he hablado, tu escritura es fenomenológica porque se presenta como tal, es decir, la escritura por sí misma. No sé sí de esta forma se entendería el "escribir sin escribir", que es una idea que me ha permitido trabajar de diversas formas a partir de algunos trabajos de ficción que he elaborado.

MB: Creo que lo más importante de mi escritura es el mecanismo en sí mismo. El hecho casi físico de escribir. Todo lo demás se va estructurando luego. Si llevamos esa idea a un nivel cero podría escribir siempre la misma línea. Pero no lo hago.

IC: ¿Es como una forma de "ir apareciendo" lo que escribes?

MB: Porque se convertiría en una escritura ya completamente enferma que terminaría por devorarse a sí misma. De alguna manera hay un “ir apareciendo", pero eso no es lo que le llega al lector. Eso que aparece pasa luego por distintas etapas.

IC: Y la ficción, no que yo lo crea, pero ¿no es como una especie de escritura de la enfermedad sin estar enferma o sin enfermedad?

MB: No lo sé, porque clasificarla ya obedece a otro orden que el propio mecanismo. Y carece realmente de importancia para mí. Lo que me puede preocupar luego de la puesta en práctica del mecanismo es que esa escritura sea reestructurada, armada y desarmada, para que llegue de alguna manera a otro, a otra instancia que le permita fluir y haya siempre un vacío central que trate de llenarse de manera incesante. Un vacío que cuente con la utopía de que pueda dejar de ser vacío alguna vez.

IC: Es lo que me gusta de lo que he leído sobre tus comentarios, que de cierta manera "desclasificas" o quitas etiquetas, y le das cierta libertad a tu escritura, o se descubre esa libertad, pero ¿hasta dónde crees que sea posible liberar la escritura realmente?, ¿será eso mismo parte de la ficción?

MB: Eso ya sería una acción intelectual. Quien quita o pone en todo caso no debe ser el autor. Me gusta pensar en el término “sin darse cuenta”; o, apelando a la falsa inocencia, como si uno no se diera cuenta.

IC: ¿El autor es como un canal únicamente para la escritura?

MB: No lo sé. Es alguien que siente el deseo de escribir, y es lo suficientemente necio como para llevarlo a la práctica una y otra vez.

IC: Cuando escribiste en tu iPhone - que por cierto, me llevó a hacer lo mismo para experimentar - ¿sentiste un deseo o fue una necesidad de seguir experimentando medios para expresar la palabra?

MB: Vuelvo al término de “sin darse cuenta”. Se fue dando. Nunca me senté frente a un iPhone a tomar alguna decisión. Fui tomando alguna nota pequeña, en el “Notas”; alguna dirección, cierta idea, y poco a poco comenzó a extenderse. Son procesos largos el de hacer una novela completa por este medio. Me habrá tomado un año y medio, no escribir el libro, sino pensar que puede ser el medio adecuado para mí. Y ahora que lo es, que escribo todo por este medio, advierto que ya no puedo regresar; es decir, soy un inútil frente a un teclado, y, curiosamente, la relación que guardo ahora con la palabra escrita se acerca a la que tenía con mi antigua máquina de escribir.

IC: Algo que me voló la cabeza en ideas para escribir fue el hecho de que comentaste que escribir en iPhone te hizo regresar a tu antigua máquina Underwood – ¡por fin lo pregunté! –. Entonces, por reflexionar, ¿puedo entender que el iPhone se vuelve una especie de híbrido entre la tecnología actual y tu máquina de escribir?

MB: Se volvió, apareció, no hubo ninguna premeditación.

IC: ¿Tu relación con las redes sociales, es por la escritura, por buscar otros medios, o solamente buscar comunicarte con los otros?

MB: Es por llenar el tiempo vacío, por inventar un mundo alterno, por no darle importancia a algo, en fin, por nada. No le doy ninguna importancia. Me divierte más que otras cosas, es todo. Al menos por ahora. Y digo por ahora, porque en cualquier momento lo puedo dejar sin que signifique un suceso importante. A pesar de que utilice las redes las encuentro incompatibles al quehacer literario.



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