ENSAYO: EL MUNDO VERDADERO TIENE UN NUEVO ROSTRO: LAS REDES SOCIALES

Facebook me encanta... Siendo sinceros, ¿cuál es el sentido del Facebook? ¿Qué buscamos en él? ¿Informarnos? ¿De qué? ¿Es que todo lo que leemos en esta red social son datos reales, son información, es verdadera formación de conocimiento? ¿Qué es lo que vemos? ¿Nos hemos puesto a pensar en que Facebook es un gran escaparate de la hiperrealidad? Nos vende la ilusión de que estamos más cerca de nuestro artista favorito, que somos seguidores del mejor escritor del mundo, que somos el fan#1 del político más famoso. Creemos que si llenamos este espacio virtual seremos casi igual de famosos que ellos. Pero debemos estar concientes que nuestros artistas o escritores favoritos no leen nuestras notas, y que seguramente son otros los que contestan a nuestro mensaje cuando ya nos hemos hecho sus "amigos" o sus "fans" como decíamos antes de que quitaran la aplicación y dejaran el puro y simple "Me gusta". Facebook nos vende una ficción mental, despierta nuestro morbo, nos dice que alguien sigue nuestros comentarios, nuestras notas, nos acerca a las personas, pero vivir de lo que es Facebook es como ir a McDonalds a comer: sabes que estás comiendo alimento virtual, sientes que estás lleno pero sabes que no comiste realmente. Facebook es pornográfico porque muestra más allá de lo que debe mostrar: la pornografía muestra aquello que ya conocemos, de una manera tan real, pero sabes que los "actores" están actuándo la excitación, los sentimientos, la pasión, el deseo. La pornografía en este siglo XXI son las redes sociales. Vamos a leer en ellas todos los secretos de los artistas, de los escritores, de los personajes famosos, pero como señalaría Umberto Eco, los mejores secretos son aquellos que no contienen secretos, que son secretos vacíos, la ficción del secreto: el secreto es la simulación de una verdad compleja, oculta, una verdad ficticia. Facebook es la era del vacío existencial, es el momento más complejo que estamos viviendo en una época en que la simulación es la verdad. Las redes sociales informan antes que los periódicos, incluso los periódicos toman sus noticias de ellas. Facebook es el lugar perfecto para hacer famosa una nota, para dar a conocer a un desconocido, para leer aquello que siempre quisimos leer. Facebook y Twitter lo dieron a conocer antes que las televisoras y los periódicos; Facebook y Twitter comienzan a ser la medida de la verdad, porque ya no decimos “lo leí en internet”, como si habláramos de un espacio desubicado, un lugar sin lugar específico, sino que decimos “lo leí en Facebook o en Twitter”, ubicando el lugar casi al estilo de cita bibliográfica, de nota al pie, como si fuera el nuevo rigor académico. La verdad tiene otros tintes, nuevas caras, nuevas formas de ver. Facebook y Twitter nos están llevando a pensar de otro modo el mundo, a pensar de otro modo la verdad, y la verdadera comunicación. Pero tal como señala Foucault, el poder no es negativo sino positivo, construye, apoya, ayuda, y vemos que en los acontecimientos a nivel mundial las redes sociales son el lugar perfecto para enterarnos, para localizar a los inlocalizables, para saber cómo están nuestros familiares, son formas de dar a conocer lo último de las noticias, los periódicos y los periodistas están en las redes sociales informando, comunicando, hablando, siendo la nueva voz del nuevo mundo, de este mundo posmoderno y de sus nuevas realidades. Facebook y Twitter bien valen la pena para un análisis sociológico, antropológico, incluso filosófico. Seguramente Lipovetsky, o William Gibson, se estarán preguntando acerca de este nuevo mundo. Lipovetsky: Aparte de la globalización, ahora también tenemos internet y las redes sociales, que están rompiendo la barrera de lo privado y lo público. ¿Qué consecuencias puede traer para el ser humano la pérdida de privacidad? Es un problema que ya tuvimos con Wikileaks. La democracia valora la transparencia, pero también está el problema del límite. ¿Revelarlo todo está bien? Probablemente, no. En efecto, cada vez más, hay una erosión de lo que es lo privado y lo público, porque las nuevas tecnologías lo permiten. El jefe de Facebook [Mark Zuckerberg] dice que las generaciones de antes tenían el culto del secreto para la vida privada, pero que ahora las nuevas generaciones hablan de sus novios en la red y todo el mundo sabe todo. Yo no creo en esto. Un chico americano se suicidó hace poco porque se dijo en Facebook que era gay, y él no quería que se supiera. Todos tenemos nuestro jardín secreto. Esto quiere decir que la vida secreta está amenazada. http://pabloraulfernandez.blogspot.com/2011/03/filosofo-g-lipovetsky-europa-no-puede.html William Gibson: Google no es nuestro. Lo que se siente confuso, porque somos sus proveedores de contenido no pagados, de alguna u otra forma. Generamos producto para Google, cada búsqueda es una contribución minuscule. Google está hecho de nosotros, una especie de arrecife de coral de mentes humana y sus productos. Y todavía nos detenemos ante la aseveración del Sr. Schmidt de que queremos que Google nos diga qué hacer. ¿Está diciendo que cuando buscamos recomendaciones para cenar, en cambio Google nos podría recomendar una película? Si nuestro genio nos recomendara una película, me imagino, iríamos intrigados… Si Google hiciera eso, me imagino, nos frenaríamos y luego iniciaríamos nuestra siguiente búsqueda. http://pijamasurf.com/2010/09/william-gibson-%C2%BFes-google-una-entidad-que-teje-el-futuro/ Es un lugar común citar para este caso aquello que leemos en Descartes, “Cogito, ergo sum”, “Pienso, entonces soy”. En este caso diría: “Estoy en las redes sociales, luego soy”. Como en su momento fue: “Salgo en la televisión, luego soy”. Ahora verdaderamente se cumple lo que William Gibson describe en Neuromante: “miles de mentes conectadas al ciberespacio”, El ciberespacio. Una alucinación consensual experimentada diariamente por billones de legítimos operadores, en todas las naciones, por niños a quienes se enseña altos conceptos matemáticos... Una representación gráfica de la información abstraída de los bancos de todos los ordenadores del sistema humano. Una complejidad inimaginable. Líneas de luz clasificadas en el no-espacio de la mente, conglomerados y constelaciones de información. Como las luces de una ciudad que se aleja... (Neuromante) Las redes sociales, donde todos estamos conectados en tiempo real, que nos mostramos tal como somos, todos unidos en todo momento, y con nuevos dispositivos para nunca estar desconectados, donde se nos lleva a pensar que estar desconectados es no existir, estar condenados al vacío existencial, tal como sería el sentido del mundo más abierto de Zuckerberg, el fin de todas las desconexiones, el inicio de la conexión ubicua, infinita, eterna; las redes sociales son fascinantes por todo esto, por lo que nos permiten pensar, conceptualizar, por las ideas de las que parten, son el fin de todas las barreras, las fronteras desdibujadas, y por esto mismo, por “el fin de todas las fronteras”, es que Manuel Castells habla de que “El poder tiene miedo de internet”, Los medios de comunicación tienen mucho que ver. Todos sabemos que las malas noticias son más noticia. Usted utiliza Internet, y sus hijos, también; pero resulta más interesante creer que está lleno de terroristas, de pornografía... Pensar que es un factor de alienación resulta más interesante que decir: Internet es la extensión de su vida… Y luego vuelve a mencionar acerca de este miedo que sienten hacia internet miedo, ¿de quién? De la vieja sociedad a la nueva, de los padres a sus hijos, de las personas que tienen el poder anclado en un mundo tecnológica, social y culturalmente antiguo, respecto de lo que se les viene encima, que no entienden ni controlan y que perciben como un peligro, y en el fondo lo es. Porque Internet es un instrumento de libertad y de autonomía, cuando el poder siempre ha estado basado en el control de las personas, mediante el de información y comunicación. Pero esto se acaba. Porque Internet no se puede controlar… Todo este mundo que tenemos frente a nosotros, que se encuentra en total movimiento, que nunca se detiene, es el nuevo mundo al que estamos accesando, el mundo de las redes sociales, del ciberespacio orgánico que se ha desbordado a la mente misma, a los intereses, que nos mantiene más unidos, más cercanos, pero paradójicamente nos alejamos, este nuevo mundo de interconexiones, un mundo totalmente nuevo, con nuevas realidades, y que sin embargo tiene ecos de otros mundos, de otros momentos históricos, como aquel momento que vivieron los hombres en Babel, donde sufrieron el rompimiento de las interconexiones, cuando todos los hombres dejaron de ser un solo hombre y comenzaron a ser, cada uno, en solitario, un hombre totalmente otro frente al otro hombre. En su momento Alan Moore, el creador de la novela gráfica llamada Watchmen, va a proponer, según “Conozca Más” (marzo de 2009), que “la Torre de Babel finalmente ha caído ante el entendimiento”, diríamos, pues, que el mundo después de Babel (postBabel) es aquel donde las interconexiones se han roto, pero que ahora los hombres han buscado nuevamente esas conexiones perdidas, y ya se habla de “información orgánica que habita en todas las cosas del planeta”, como sería una forma de hablar de lo que se mencionaba en la película Avatar (James Cameron, 2009), o incluso Matrix (Los hermanos Wachowski, 1999), donde se muestra un mundo simulado pero al mismo tiempo interconectado. Tal parece, entonces, que los hombres buscan, desde siempre, romper con la separación, romper con aquello que simboliza las fronteras, y se busca, nuevamente, la unión, y un ejemplo de este “derrumbamiento” de aquellos símbolos y signos del poder podría ser el llamado “11-S”, que fue la caída de las Torres Gemelas, y que nos permiten pensar que las torres aún siguen cayendo. La Torre de Babel cae, metafóricamente, presa de la incomprensión de los hombres que dejan de construir porque ya no se entienden los unos a los otros; las Torres Gemelas caen, literal y metafóricamente, presas de los intereses políticos, económicos, de poder, para mandar un nuevo mensaje al mundo entero, ese mundo líquido, fragmentado, interconectado, y que es un mensaje que hasta el día de hoy continuamos tratando de descifrar. Frente a nosotros, entonces, en pleno siglo XXI, han comenzado a caer todas las torres de Babel y todas las torres gemelas metafóricas que nos habían separado hasta ahora, y hemos comenzado la era de la comunicación absoluta, total, pero el punto crítico es que es una comunicación virtual, que ni nos une ni nos aleja sino que nos lleva a la construcción de un nuevo lenguaje, nuevas formas de relacionarnos, donde todos estamos unidos. Este nuevo mundo, el mundo de las redes sociales nos hace pensar de la siguiente forma: “Metafóricamente, escribir conectado a la red, interactuar con la internet mientras escribimos convierte a todos los que están conectados al mismo tiempo en un entramado de escrituras creándose simultáneamente” (Heriberto Yépez, “Poética PC”, en La tempestad, año 5, número 27, nov-dic 2002), y esto es mencionado al año de que han caído las Torres Gemelas y cuando, según datos que se encuentran en la web misma, Internet2.0 ha iniciado su existencia: la web de las interacciones sociales, de las redes sociales. Tal como se ha señalado hasta el cansancio, internet es la nueva biblioteca de Babel, esa biblioteca imaginada por Borges e interpretada más adelante por Foucault, donde los dos pensadores imaginan mundos-libros conectados en anaqueles infinitos y pasillos imposibles, con lenguajes imposibles, ya que son lenguajes que existen y que no existen, lenguajes que nombra hasta aquello que no es, lenguajes infinitamente imposibles. Las redes sociales están entre nosotros y condicionan nuestra forma de pensar, nuestros hábitos, nuestra forma de adentrarnos a la información, al conocimiento. Tal vez ahora se cumplan las palabras de los diferentes pensadores acerca del mundo: Nietzsche cuando habla del mundo verdadero que se ha transformado en fábula; Monsiváis cuando habla del mundo que ha dejado de existir para dar paso a un nuevo mundo, un mundo totalmente otro, que ya surge, emerge, es inventado, desvaneciéndose; Castoriadis cuando habla del mundo fragmentado, pero que no se cae a pedazos, y que de hecho, ya podemos pensar en el mundo fragmentado lleno de datos, de información, de conocimiento; Bauman y su mundo líquido, un mundo sin una forma específica, en movimiento constante; el mundo de Manuel Castells, “Hay una nueva sociedad que yo he intentado definir teóricamente con el concepto de sociedad-red, y que no está muy lejos de la que define Bauman. Yo creo que, más que líquida, es una sociedad en que todo está articulado de forma transversal y hay menos control de las instituciones tradicionales”. Por último, el mundo que describe ese nuevo pensador del siglo XXI, Mark Zuckerbeg, el mundo más abierto, que es el mundo que hoy conocemos, que deja fuera lo privado, que descubre todos los secretos, que muestra el verdadero rostro de las personas, un rostro totalmente simulado, y es este nuevo mundo el que hoy nos seduce, nos atrapa y nos hace imaginar que estamos viviendo una nueva utopía, la utopía de un mundo más comunicado, más interconectado, la utopía de que por fin derrotamos a Babel, con sus interconexiones rotas entre todos los hombres, y que el Dios que nos separó y nos diseminó por todo el mundo, al fin ha sido vencido. De esta forma, llegamos a esta conclusión: El mundo verdadero tiene un nuevo rostro: las redes sociales.

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