ENSAYO: MARIO BELLATIN MÚLTIPLE


Se ha contado durante mucho tiempo que el personaje que vemos en fotografías y en videos, y que conocemos como Mario Bellatin, no es el verdadero. Este personaje se llama en realidad "Jacobo el mutante", pero que el misterioso Mario Bellatin ha contratado para que se haga pasar por él. Esto de ningún modo sorprende pues conocemos de sobra que el performance es parte del trabajo del escritor. Pero la pregunta siempre está presente: ¿Cómo es en realidad Mario Bellatin? ¿Cuál será su verdadero rostro? ¿Es por eso que su propuesta literaria es "una escritura sin escritura"? No sabemos hasta ahora las verdaderas intenciones del autor de Salón de belleza o Flores al elaborar estas formas literarias por medio de la actuación. En otras palabras: Mario Bellatin lleva a otros niveles lo que significa escribir, haciendo que su escritura rompa los cerrojos que mantienen aprisionado el pensamiento inserto en el texto para darle libertad de reflexión y de acción. 


De este modo es como la literatura comienza a tomar nuevos matices; comienza a proponer nuevas formas de escribir sin escribir; comienza a poner en duda la jerarquía de la escritura con un sentido único, y aún aquella que tiene más de un sentido, porque como señala en una de sus entrevistas, "lo que acontece es la escritura". Así, se desvanece toda posibilidad de ser un autor omnisciente, el poder que conlleva ser el dueño de lo que se escribe, y de este modo, la palabra por fin se vacía del significado que tanto ha obstaculizado un pensamiento liberado de sí mismo para dar paso a uno que respira un aire nuevo. Aunque el escritor sabe que después de todo de lo que nunca nos podremos librar es del lenguaje. 


Nota: La invención de este texto sobre Mario Bellatin es una ficción, sin embargo no deja de ser un análisis a su obra. El que escribe esto no ha leído ninguno de sus libros, no conoce lo que en ellos está escrito. Solamente sabe lo que lee acerca del escritor, lo que otros le han contado, o lo que ha decidido imaginar que dice la obra de Mario Bellatin. Por lo demás, cualquier cosa inventada sobre Mario Bellatin es totalmente verdadera y ficticia al mismo tiempo. 


Ante la pregunta "¿Qué es el gran vidrio?", que es por demás existencial, en esencia humana, demasiado humana, la respuesta se presenta como sigue: "El gran vidrio es el pensamiento ocular". (El gran vidrio se presenta ante nosotros como una forma de testimonio de la verdad del mundo verdadero, pero que su transparencia es la negación de la posibilidad de ver a través de él). 
¿A qué me refiero con "pensamiento ocular", tal como se muestra en la imagen? No a otra cosa que a pensar aquello que vemos. Pienso todo lo que veo, todo lo que me rodea, las cosas tal como aparecen delante de mí. Esto ya me habla de un pensamiento de lo fenomenológico. Las cosas se aparecen ante mí y yo las pienso, y de ahí nace dicho "pensamiento ocular". Una filosofía de las cosas y de su aparición (¿o desaparición?). 
El libro de Mario Bellatin es un estudio sistematizado de ese gran vidrio que son nuestros ojos. Un libro que permanece al margen del pensamiento fenomenológico y que sin embargo no deja de ser un estudio de lo fenomenológico. Inspirado en el nombre de la obra de Duchamp, "El gran vidrio", Mario Bellatin analiza las capacidades visuales del escritor, de cómo es su estudio sobre la realidad que lo circunda; el escritor es un testigo de lo que mira, pero no en un sentido naturalista como algunas corrientes filosóficas y literarias han querido pensar, como testimonio de lo verdadero, sino como testigo de un acontecimiento y que luego, al escribirlo, lo transforma. Así es Mario Bellatin: transforma todo aquello de lo que es testigo, tal como leemos en su texto "Simón del desierto" (La tempestad No. 87), donde trata de explicarse lo que significa "escribir sin escribir", y que yo he pensado que es una escritura que va más allá de la escritura. 

Mario Bellatin, en un intento por profundizar en las realidades de este gran vidrio, escribe sin escribir, como forma de testificar (casi teológicamente) de la imposibilidad de ver un cristal. La escritura sin escritura es ver a través de un cristal. Es presentar un libro sin presentarlo realmente: presentamos fotos, hablamos de quienes asistieron, presentamos algunas líneas del libro, pero el acontecimiento jamás se dio, y sin embargo, no podemos negar que haya sucedido. Porque las cosas acontecen en muchos niveles, y en el caso de una escritura sin escritura o una presentación sin presentación (pienso en el libro titulado Este libro no existe), entonces el testimonio de ver el gran vidrio está completo. Pero para dar testimonio del gran vidrio le fue necesario mandar construir uno que estaba elaborado de este modo: la forma del gran vidrio era como de una puerta dividida en dos, y lo único que le hacía falta era el gran vidrio del que se estaba hablando en ese momento, y del que ahora escribo (yo vi el gran vidrio que no estaba). 



Mario Bellatin sin estar en la presentación de su libro Este libro no existe
La presentación de su libro Este libro no existe llevó a profundas reflexiones a más de uno que comenzaron a revisar la hermenéutica sobre lo que existe desde la no existencia  que estaba en su El gran vidrio. El acto fenomenológico que existe en cada uno de sus libros (Disecado narrado en primera persona) nos acerca al fin que se ha planteado Mario Bellatin: escribir sin escribir (ahora mismo yo estoy escribiendo sin leer). La presentación de su libro se llevó a cabo en la biblioteca de Babel, ese lugar imaginario que cuida Borges, cual Minotauro imaginario. 

Mario Bellatin inventando el personaje de Mario Bellatin
Mario Bellatin ha inventado un personaje llamado "Mario Bellatin". Por medio de él es la forma en que escribe sin escribir. Lo ha inventado y lo muestra en todos los momentos que uno puede habitar cotidianamente (fenomenología de lo cotidiano), y escribe sin escribir desde ese mundo de la vida en que todos estamos presentes sin estar presentes. Seguramente quienes lean estas líneas y sean psicoanalistas no me dejarán mentir que hemos inventado un personaje para vivir en este mundo: somos los actores de nuestra propia vida. Mario Bellatin lo hace de modo consciente. 
Mario Bellatin fotografía el gran imposible vidrio
El gran vidrio es ese lugar que se vuelve no lugar que habitamos al ser actores dentro de nuestra propia vida que se nos va inventando. De este modo Mario Bellatin revisita, con su perspectiva del gran vidrio, la filosofía de Lacan en su estadio del espejo: el lenguaje, nuestro decir, es el espejo que nos refleja, y es por medio de él que nos conocemos (si es que nos conocemos alguna vez). El gran vidrio se acerca de este modo al gran vidrio del apóstol Pablo, que menciona que al final nos conoceremos como fuimos conocidos y que ahora vemos todo como por un vidrio oscurecido: el gran vidrio es la imposibilidad de ver viendo porque vemos sin ver, es decir, el gran vidrio es nuestro medio para ver, pero nunca vemos el gran vidrio, ese lugar invisible que llamamos realidad y que nos es imposible saber qué es. 
Mario Bellatin con sus perros mientras inventa el gran vidrio
Pero, ¿cuál es el objetivo de la escritura de Mario Bellatin? Ser el testimonio de que nadie escribe realmente. Su escritura es más bien una obra ficticia que se muestra por medio de una escritura sin fin. Cada uno de sus libros se entrelaza con el otro hasta formar una escritura sin escritura, es decir, una metaescritura que me interesa entender desde lo fenomenológico: ¿cómo se presenta esta escritura?, y con esa pregunta en mente partir hacia su análisis, es decir, su deconstrucción hermenéutica, que es mi ejercicio de análisis filosófico y literario. 
Mario Bellatin en Cuernavaca el día que presentó su libro "Underwood  Portatilo Modelo 1915"
 La forma en que Mario Bellatin cultiva el escribir sin escribir es por medio de hacer de la escritura una meta-escritura, una escritura por encima de sí misma, para que el discurso que se quiere plantear no se tenga que escribir (escribe sin escribir dicho discurso) sino que se lea a partir de lo ya escrito, entre líneas, afuera de las líneas, por encima de las líneas, en la repetición de las líneas, los personajes, el juego de espejos, la ficcionalización de la realidad, y la diseminación del significado hacia un mundo de multisignificados. Esa es la posmodernidad de Mario Bellatin, tal como lo menciona Lyotard en su libro La condición posmoderna: en Mario Bellatin no hay ningún gran relato, todos son breves, fragmentarios, sin embargo, es una escritura de ficción (como la nariz de ficción de Shiki Nagaoka) que se multiplica al infinito, y que en cada libro se expande. Una realidad como la de Alicia en el país de las maravillas, que nunca deja de crecer, de desarrollarse. Cada libro de Mario Bellatin es expansión del anterior y eslabón del siguiente. El gran vidrio es el medio por el cual, además de analizar la ficción de la escritura de Mario Bellatin, también se vuelve nuestra perspectiva para entender su escritura.

Mario Bellatin escribe un libro que no existe
Por último, ya para terminar este pequeño artículo o análisis de un libro inventado y basado en la escritura de Mario Bellatin, quiero mencionar que el gran vidrio es la forma de Mario Bellatin de acercarse a la escritura como invención de lo real. Cuando leí su libro no pude detenerme, y aunque jamás abrí la envoltura en que me lo regalaron (el libro sigue sin ser leído en mi librero) pude imaginar todo lo que en él venía escrito. La ficción de Mario Bellatin; su ars poetica; sus múltiples posibilidades de ser leído de cien mil formas (porque cada libro de Mario Bellatin se repite cien mil veces); y de este modo pude escaparme de ese gran vidrio que es este libro: el más amenazador, el más ficticio. 


Mario Bellatin, o al menos eso creemos 
En la idea que se tiene sobre la escritura, hasta ahora todos los escritores han tratado de proponer una teoría más o menos viable de cómo continuar escribiendo en el Siglo XXI, y es una escritura que tiene sus antecedentes en siglos pasados, pero ahora Mario Bellatin ha propuesto romper esa forma de proceder, con un sentido en mente, para comenzar a escribir por el simple impulso de hacerlo. Claramente se ve que ha sido un buen lector y que por tal motivo ahora quiere romper aquello que conoce, y las ficciones que elabora son de tal punto tan borgesianas como otras escrituras. El problema, la problematización que se nos presenta a quienes gustamos de sus libros, radica en que leemos como se ha venido haciendo y no cómo tendríamos que hacerlo para entender la escritura de Mario Bellatin. 





Jacobo el mutante 

De tal forma es la escritura de Mario Bellatin que es por eso que lo he pensado como un "antihéroe", pues tal parece que su único fin es sostenerse en sí mismo por medio de su escritura, tal como el antihéroe en su propia moral. Es así como forma parte de una serie de escritores antiheroicos, entre ellos Nietzsche, Foucault,  Bataille, Deleuze, y muchos otros. En sus libros los personajes, a pesar de que están definidos con la pura palabra muestran los rasgos de una escritura sin un objetivo claro, sin un fin, con rasgos de rompimiento, y los personajes son seres marginales. Es casi como querer desvanecer en la escritura la ya de por sí inexistente condición humana. 

La hermandad de Jacobo el mutante 









En uno de sus libros, El olvido, muestra cómo un escritor está en busca de la palabra perfecta y para encontrarla le es necesario atravesar por una serie de enseñanzas religiosas pero heréticas. El pensamiento del escritor es manipulado hasta que por fin, mostrando la debilidad de su mente, lo convierten en un asesino, le cortan el antebrazo derecho y le colocan un cuchillo con el que deberá asesinar a un grupo de monjes que oran a un dios pagano. Uno de los monjes menciona que es el regreso del profeta, y es así como todos ellos se dejan degollar por el hombre que no recuerda. La metáfora de la destrucción de la condición humana por medio de borrar la memoria y así se muestra que el "yo" nunca ha existido sino que fue grabado por medio de recuerdos. El fin del libro, como él mismo dice, no es otro más que jugar a que es un libro. Construcciones de la ficción y del lenguaje que está a la sombra del olvido. De este modo, la escritura en verdad que se da sin escribir.

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