ENSAYO: CUANDO LOS HORIZONTES SE HAN CERRADO
Rut y Noemí, o "Hacer teología desde los ojos y desde el rostro de mujer"
El Libro de Rut, ¿historia o poesía?
- Se piensa que pudo ser una novela histórica, pero también puede ser tomada como una párabola. Algunos más piensan que es una mezcla de historia y poesía o novela, pues nos muestra un sentido poético en los nombres de los personajes: Elimelec (Dios es Rey, Mi Dios y mi Rey), Noemí (placentera, gracia, dulzura), Mahlón (débil), Quelión (abatido, frágil), Mara (amargura), Orfa (espalda), Rut (amiga, compañera), además de que son personajes, que, por los nombres, son idealizados. En este caso, el rasgo histórico más importante es el registro de la genealogía del rey David al final del libro, y las dos genealogías, tanto la que se encuentra en Mateo 1:5, donde se ubica a Booz y Rut, y la genealogía de Lucas 3:32; tanto en una como en otra, Rut y Booz son tomados como personajes históricos de quienes nacen David y Jesús. Es una historia bellamente relatada que nos muestra una fe profunda y una lección espiritual que aun hoy nos sirve como creyentes en el Dios de la vida y la libertad y en Jesucristo.
- Libro de los Jueces: un cuadro que entristece, ante las condiciones que existen en el pueblo de Israel.
- Libro de Rut: un cuadro más alentador, que muestra fidelidad y nobleza en ciertas personas. Es un libro que al final nos lleva a recuperar la esperanza en Dios.
- El relato: De la tragedia que se vive en Moab en la fam. de Noemí, al final feliz que encontramos en Belén.
- Aun cuando no se puede ubicar el tiempo exacto de su redacción, y las posibilidades son tanto como libro histórico, como libro poético, o libro histórico y poético, como nos señalaría Justo González, "lo que importa... es que, párabola o historia (historia o poesía), estudiemos este libro para descubrir lo que Dios quiere de nosotros hoy".
- Otro rasgo histórico es el inicio del libro "Aconteció en los días que gobernaban los jueces...", que es la forma en que inician los relatos históricos.
Rut 1:1
La intención es mostrar la situación del pueblo de Dios, y el ver. 1 se muestra como una clara protesta, ya sea hecha a los jueces, ya sea hecha al pueblo, ya que señala, "En el tiempo que gobernaban los jueces -en otras traducciones nos dice "caudillos"- hubo hambre en la tierra".
Es una clara protesta, como dijimos, ya que el pasaje prácticamente está diciendo "miren, la gente tiene hambre, la tierra no produce, ¿no son ustedes hombres levantados por Dios, y no son ustedes el pueblo de Dios? Vean la situación en que se encuentra la tierra".
Además, la siguiente parte del ver. nos muestra a una familia que se fue a "morar en los campos de Moab". Salieron de Belén para morar en Moab; y aquí hay una ironía. Belén significa "Casa de pan", y es precisamente la necesidad que se tiene, que se vive, en la casa de pan lo que falta es el pan, el alimento; en la casa de pan los hombres mueren de hambre.
Tal situación se vive en la tierra gobernada por los jueces y una fam. se ve obligada a emigrar a otros campos. El hambre, la pobreza, la escases, gente obligada a exiliarse, abandonar sus hogares; hoy día no estamos lejos de esa situación. Hoy también las personas son obligadas a alejarse de sus hogares, porque el país ya no produce lo suficiente para vivir, porque como en el tiempo de los jueces, así en nuestro país ya no se produce lo suficiente para todos, no hay trabajo y la gente vive en la pobreza, en el hambre.
Esta crítica realizada al tiempo de los jueces, cuando hubo hambre en la tierra, y en la Casa de pan, Belén, falto el pan, el alimento, puede repetirse en nuestros días, porque tan irónico que en una casa de pan no haya pan, en un país con un gobierno del empleo, un presidente del empleo, de lo que más se carece es de empleo.
Muchos salen de sus hogares, dejan a sus familias, y buscan mejores oportunidades en el extranjero, tal como hiciera Noemí con Elimelec y sus dos hijos, Mahlón y Quelión.
Otro testimonio de la situación que vive la tierra en el tiempo de los jueces, lo encontramos en dos pasajes. Al confrontar a Gen. 19:1-11, y Jue. 19:16-30, nos daremos cuenta de que Dios falta, de cierta forma, en medio del pueblo.
Por un lado, los hombres que visitaron a Lot y que le ayudaron contra los hombres malos de la ciudad, salvando a Lot, a su mujer y a sus hijas; por otro lado, el levita y su concubina, que es hospedado por el hombre de la ciudad, no ayuda del todo al levita, ya que toman a la mujer del último, y la violan toda la noche. La diferencia en ambos pasajes, que son similares en su forma de ser narrados, es que en el primero están los hombres para ayudar a Lot, en el segundo no hay hombres ni ángeles ni Dios que ayude al levita y a su mujer. (Confr. Gen. 19: 1-11, Jue. 19: 16-30)
Con estas dos situaciones, podemos comprender la decadencia que se está viviendo en el tiempo de Noemí y Rut.
El Dios de Noemí
- Es muy importante, antes de hablar sobre el amor, la fe y la esperanza de Rut, entender a qué nos referimos cuando hablamos de El Dios de Noemí.
- En el Libro de Rut, Noemí habla y recuerda a Jehová y al Todopoderoso. Jehová: el Dios que liberó al pueblo hebreo de la opresión egipcia, en el éxodo. Todopoderoso: reconocer la incapacidad humana, estar concientes de la propia insignificancia, y saber que Dios es el Dios vivo y verdadero, y el único que puede cambiar nuestra pobreza humana.
- El Dios de Noemí es el Dios que sale al encuentro de las personas en medio del desierto de esta vida, y convierte nuestra esterilidad en plena fertilidad. Noemí se sintió esteril y lo vemos en que quiso cambiar su nombre, de Noemí a Mara. Alzaba su voz con tristeza y les decía a todos que el Dios Todopoderoso, Jehová, había dado testimonio contra ella, la había enviado llena al mundo y ahora la enviaba con las manos vacías.
- Pero en el trayecto de toda la narración, encontraremos que Dios restaura a Noemí, de tal forma, que encontramos las siguientes palabras:
- El Dios de Noemí ha convertido en fertilidad la esterilidad, da en abundancia toda bendición espiritual para aquella persona que confía en él; Jehová es el Dios de Noemí y es un Dios que camina a nuestro lado, nos abraza y nos recibe de nuevo en casa; comprende nuestra fragilidad haciéndose él mismo frágil, pues Dios se ha hecho carne "para salvar lo que se había perdido", para hacer fertil nuestra estéril humanidad.
- Noemí, aun con la fe debilitada, conciente de su incapacidad, de su dolor, de su necesidad, confía en Jehová, el Dios Todopoderoso, y Dios nunca le falló. Noemí "se sostuvo como viendo al Invisible", "como si viera al Invisible, perseveró firme en su propósito", confiando en el Dios invisible como si le viera ya. (Heb. 11:27). Noemí sabe y confía que el Dios de la gracia, el amor, el perdón, el Dios que libera a su pueblo, la sostendrá.
- En el siguiente poema intentamos plasmar la esencia de los momentos que vivió Noemí, en dicha y desdicha, en angustia y en paz, pero en medio de todas esas emociones, la encontramos sostenida por la confianza en el Dios de la vida.
El amor de Rut hacia el Dios de Noemí
- Por sus palabras, comprendemos que Noemí le rogaba, casi gritando, que volviera a su tierra, con sus padres y sus dioses, a su vida anterior; la forma en que encontramos la petición muestra que es un ruego que va en aumento, creciendo, y una insistencia constante, con ahínco, con fuerza. Encontramos en Rut 1:9, 14 esa forma de insistencia; una traducción dirá, "entonces a voz en grito echaron a llorar".
- La insistencia de Noemí por que sus nueras vuelvan a su tierra, a su pueblo, esconde un profundo dolor; es el dolor por haber perdido a sus seres queridos, dolor por sentirse abandonada, pero un dolor mayor viene por el hecho de que Noemí piensa y siente que Jehová, el Dios Todopoderoso ha salido contra ella, afligiéndola, humillándola, condenándola. Aun cuando ya hayamos visto este punto sobre Noemí y la respuesta que le da el Señor, es importante señalar la parte de la aflicción para entender la actitud de Rut.
- Ante la fuerza de la insistencia de Noemí por ser abandonada, Rut utiliza la misma fuerza en su determinación por quedarse al lado de Noemí su amiga.
- Vemos, entonces, y aun definiríamos a Rut como sigue: una mujer joven, viuda, pobre y extranjera; fiel, leal, virtuosa, amigable y llena de amor por su amiga Noemí.
- Las palabras de la moabita se transforman en una poesía, un canto a la vida, a la amistad y al amor sincero y fraterno entre dos mujeres con una profunda necesidad.
- Esa determinación de Rut que nos muestra la calidad de amor que tiene por su suegra, es una actitud que muestra a la moabita creyendo y practicando los dos mandamientos más importantes: Amar a Dios con todo el ser, amar al prójimo como a uno mismo. El orden, primero amar a Dios, después amar al prójimo, nos hace entender que Rut había aprendido a amar al Dios de Noemí, porque de otra forma, jamás habría aceptado quedarse a su lado. Sin amor verdadero por Noemí, Rut habría marchado al lado de su cuñada, de Orfa, y como esta, le habría dado la espalda a Noemí, y no sólo a ella, sino a Dios mismo. Pero al haber un amor verdadero que le hace tomar una decisión sabia, encontramos la plena identificación con su suegra. En esa identificación de ambas mujeres, nace un "nosotras" basado en un "yo voy contigo, yo estaré a tu lado, porque tú eres mi amiga y te amo porque amo a tu Dios que es mi Dios".
- Este amor por El Dios de Noemí lleva a Rut a una profunda transformación. En la enseñanza teológica y filosófica, el rostro tiene el significado de la propia identidad, el rostro es un mismo, por eso se llega a escribir afirmó su rostro y avanzó, es decir, él mismo se mantuvo firme y avanzó con valentía. En este caso, el amor de Rut por Dios y luego el amor por Noemí, llevan a la moabita a que su rostro sea transformado, su propia identidad sea hecha nueva. El siguiente poema muestra esa transformación de rostro que tuvo Rut.
Rut le dijo a Noemí, o Amorosa amistad le prometió a Placentera amargura...
Me encuentro en el rostro del Otro
en la presencia del Otro
en la profundidad de sus ojos
- en su mirada
en la profundidad de sus labios
- en sus palabras
en su pueblo
- en su gente como si fuera mi gente...
Tu rostro es mi rostro
y tu gente mi gente...
la tierra de donde provienes
y a la cual tus pasos diriges,
se transforma en mi origen,
transito su camino
y se vuelve mi destino.
Me encuentro en tu rostro;
mi rostro se transforma
profundamente
en otro rostro
te llamo amigo y amiga,
hermano y hermana,
padre y madre,
y a tu Dios,
en mi rostro transformado,
le llamo mi Dios.
La fe de Rut en el Dios de Noemí
- El anterior poema nos muestra la transformación del rostro de Rut por el amor en el Dios de Noemí, y este amor viene por la fe que la moabita ha depositado en Él.
- La parte del ver. 16 "Tu pueblo es y será mi pueblo, tu Dios es y será mi Dios", es una valiente declaración de fe. Le está diciendo "Tú eres mi Dios, yo creo en ti, Jehová, Dios Todopoderoso". Pero, ¿por qué valentía en esa declaración? ¿Qué es lo que nos muestra a Rut como una mujer decidida y valiente?
- Toda decisión de fe tiene grandes responsabilidades, pero también grandes consecuencias. La responsabilidad y las consecuencias, en Rut, son claras: ahora se ha responsabilizado, de forma absoluta, por su suegra; ahora tiene la responsabilidad de mostrar, ella misma, al Dios en el que ha creído, es decir, ahora tiene la responsabilidad de dar testimonio "por si acaso, por su testimonio, alguno conoce al Dios de la vida"; dice, "Tu pueblo es y será mi pueblo", ahí se encuentra una nueva responsabilidad con una nueva gente que llamará "mi gente". Las consecuencias serán que tendrá que abandonar a su familia, una posible vida de comodidades y tranquilidad, y esto es posible porque Rut estaba en su tierra, con su gente, pero decide seguir a su suegra, quien era pobre, y peor aun, quien tenía la autoestima baja e incluso se autocompadecía; no, definitivamente, las consecuencias serían una vida con carencias; pero también le daría la espalda a Quemosh, el dios local de los moabitas, de esa forma, jamás podría volver a su tierra, con su gente y su familia sin que fuese rechazada por haber abandonado sus creencias; al llegar con Noemí, podría ser rechazada ahora por su nuevo pueblo, precisamente por ser extranjera, una moabita adoradora de dioses paganos. Así que su responsabilidad aumenta y ella lo sabe. Es por todo esto que vemos en Rut a una mujer valiente, y mucho mayor es su valentía a causa de su condición de viuda y extranjera. Avanza hacia adelante, afirma su rostro ya transformado, decide por Noemí y el Dios en el que ella cree.
- Podríamos imaginar, incluso, que en su avance lleno de valor, fe y amor, las palabras del Quijote a Sancho Panza pueden ser aplicadas a Noemí y Rut la moabita: "Si los perros ladran es que vamos avanzando".
- De esta forma, la moabita y la de Belén avanzan y entran en alianza para hacer frente a todo aquel que quisiera esclavizarlas; y esta lucha, por la fe, hasta el día de hoy sigue, entre hombres y mujeres que han creído en el Dios de Noemí. La lucha de los humanos.
La esperanza de Rut en el Dios de Noemí
- Tenemos la promesa de Rut hacia Noemí; el juramento de permanecer a su lado, y la petición a Jehová de castigarla severamente si no cumple lo prometido. ¿Realmente la moabita espera ser castigada por Jehová, el Dios que ahora conoce y que declara como su Dios? Ciertamente que no; pero su fe, su fortaleza, su compromiso y responsabilidad, su esperanza completa la pone a los pies de su Dios.
- Un punto importante de observar es que Rut habla sobre la muerte como la única que las puede separar; y es esta conciencia de la muerte como la que puede separarlas la que permite que sea aun más conciente de la vida y su profunda unión con su suegra. Es al contemplar la muerte que se hace conciente de su renacimiento. Así que recurre a la separación por medio de la muerte para mantener su esperanza en Jehová y que él sostendrá la profunda unión por medio de la vida.
- La profundidad de la esperanza de Rut en el Dios de Noemí se observa en sus palabras: "Donde tu muriéres, allí moriré yo; donde seas sepultada, allí quiero ser sepultada". Esa es la culminación de la conciencia de profunda unión que se identifica en la vida y en la muerte. En un libro dice que cuando Jesús entraba a la casa de sus discípulos, vio como dos de ellos estaban abrazados, y ese abrazo era gesto de una profunda amistad, de una profunda identificación, y Jesús exclama en ese momento: "¡Ahí está el Reino de los cielos!".
- Nosotros predicamos el evangelio del Reino de Dios, y según lo anterior, el Reino de Dios se reflejaría en la profunda amistad, en el profundo, profundísimo amor de los unos por los otros, porque después de todo ese es el segundo más importante mandamiento. Rut y Noemí, entonces, en su profundísima amistad e identificación, en su amor tan maravilloso, ya nos están predicando el evangelio del Reino de Dios, y el ejemplo de estas dos mujeres como parte de la predicación del evangelio del Reino de Dios, nos debe llevar a lo mismo que llevó a Rut: A UNA PROFUNDÍSIMA Y VERDADERA ESPERANZA EN EL REINO DEL DIOS DE NOEMÍ.
- Rut es un ejemplo para las mujeres de nuestros días; y para los hombres también. El hecho de ser mujeres no quiere decir que no le enseñe nada a los hombres.
- En la relación de amistad entre estas dos mujeres encontramos un compromiso vital delante del Dios de la vida. Sin importar que eran diferentes entre ellas, con culturas distintas, y que en algún momento creyeron en diferentes Dioses, ellas dan un ejemplo de amistad, compañerismo y hermandad, pero no sólo eso, sino de amor, fe y esperanza.
- Podemos decir que Rut tenía puestos los ojos en el Dios de nuestra salvación, así como nosotros, según Heb. 12:2 tenemos los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. Y tener puestos los ojos en tan Grande esperanza, como es el Dios de la vida, es lo que puede llevar a nuevas formas de vida y pensamiento, y a tener el valor suficiente para enfrentar lo pesares que nos trajera esta vida.
- Pero, ¿por qué hemos sido tan reiterativos en nombrar a nuestro Dios como el Dios de Noemí? Porque observamos que es el mismo Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que en estos pasajes se ha convertido, verdaderamente, en el Dios de Noemí y Rut; es observar que estas dos mujeres nos dan un mensaje liberador para hombres y mujeres de nuestra época, un mensaje sobre dos mujeres que son ejemplo para las mujeres, sin olvidar que también pueden ser ejemplo para los hombres. Decir Dios de Abraham, Isaac y Jacob es hablar del Dios de los hombres, y decir Dios de Noemí y Rut es hablar del Dios de las mujeres, un mensaje para ambos sin dejar de recordar que Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Es Dios de hombres y mujeres.
- En nuestros días, las Rut y las Noemí nos dan ejemplo: ellas se encuentran trabajando por derechos humanos, por los derechos de las mujeres, hombres, niños y la familia; luchan por mejores oportunidades de empleo, también los hombres se encuentran luchando y trabajando por un mundo mejor. Hoy Dios nos muestra que su voz no solamente se encuentra en la voz del hombre, sino que su voz también se escucha en la voz de la mujer. Así como Rut y como Noemí, hoy hay muchos que pelean por volverse a sentir libres, sanos, y ¿nosotros?
- ¿Nosotros estamos trabajando como todos los demás? ¿Estamos interesados por predicar el evangelio que puede llevar a las personas de este mundo a una verdadera paz? ¿Estamos predicando al Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Noemí, de Rut, al Dios de Jesucristo nuestro Señor y Salvador?
- Si confiamos, amamos, ponemos nuestra fe y esperanza en el Dios de Noemí, entonces, es posible que esta tan Grande esperanza que es nuestro Dios nos permita no ver cuando los horizontes se han cerrado, sino observar que nuevos horizontes de nuevas posibilidades se han abierto. Y el horizonte de nuevas posibilidades fue abierto por Dios mediante el ejemplo de Rut, al amar al Dios de Noemí, confiar y tener fe en el Dios de Noemí, y sobre todo, esperar en el Dios de Noemí, que es el Dios de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
- ¿Cómo amó Rut a Noemí, y como nos ama Dios mediante Jesucristo?
Para amarte a ti
Me quité los zapatos para andar sobre las brasas.
Me quité la piel para estrecharte.
Me quité el cuerpo para amarte.
Me quité el alma para ser tú.
Jaime Sabines
(16) Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
(17) Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. Rut 1:16,17
El Libro de Rut, ¿historia o poesía?
- Se piensa que pudo ser una novela histórica, pero también puede ser tomada como una párabola. Algunos más piensan que es una mezcla de historia y poesía o novela, pues nos muestra un sentido poético en los nombres de los personajes: Elimelec (Dios es Rey, Mi Dios y mi Rey), Noemí (placentera, gracia, dulzura), Mahlón (débil), Quelión (abatido, frágil), Mara (amargura), Orfa (espalda), Rut (amiga, compañera), además de que son personajes, que, por los nombres, son idealizados. En este caso, el rasgo histórico más importante es el registro de la genealogía del rey David al final del libro, y las dos genealogías, tanto la que se encuentra en Mateo 1:5, donde se ubica a Booz y Rut, y la genealogía de Lucas 3:32; tanto en una como en otra, Rut y Booz son tomados como personajes históricos de quienes nacen David y Jesús. Es una historia bellamente relatada que nos muestra una fe profunda y una lección espiritual que aun hoy nos sirve como creyentes en el Dios de la vida y la libertad y en Jesucristo.
- Libro de los Jueces: un cuadro que entristece, ante las condiciones que existen en el pueblo de Israel.
- Libro de Rut: un cuadro más alentador, que muestra fidelidad y nobleza en ciertas personas. Es un libro que al final nos lleva a recuperar la esperanza en Dios.
- El relato: De la tragedia que se vive en Moab en la fam. de Noemí, al final feliz que encontramos en Belén.
- Aun cuando no se puede ubicar el tiempo exacto de su redacción, y las posibilidades son tanto como libro histórico, como libro poético, o libro histórico y poético, como nos señalaría Justo González, "lo que importa... es que, párabola o historia (historia o poesía), estudiemos este libro para descubrir lo que Dios quiere de nosotros hoy".
- Otro rasgo histórico es el inicio del libro "Aconteció en los días que gobernaban los jueces...", que es la forma en que inician los relatos históricos.
Rut 1:1
La intención es mostrar la situación del pueblo de Dios, y el ver. 1 se muestra como una clara protesta, ya sea hecha a los jueces, ya sea hecha al pueblo, ya que señala, "En el tiempo que gobernaban los jueces -en otras traducciones nos dice "caudillos"- hubo hambre en la tierra".
Es una clara protesta, como dijimos, ya que el pasaje prácticamente está diciendo "miren, la gente tiene hambre, la tierra no produce, ¿no son ustedes hombres levantados por Dios, y no son ustedes el pueblo de Dios? Vean la situación en que se encuentra la tierra".
Además, la siguiente parte del ver. nos muestra a una familia que se fue a "morar en los campos de Moab". Salieron de Belén para morar en Moab; y aquí hay una ironía. Belén significa "Casa de pan", y es precisamente la necesidad que se tiene, que se vive, en la casa de pan lo que falta es el pan, el alimento; en la casa de pan los hombres mueren de hambre.
Tal situación se vive en la tierra gobernada por los jueces y una fam. se ve obligada a emigrar a otros campos. El hambre, la pobreza, la escases, gente obligada a exiliarse, abandonar sus hogares; hoy día no estamos lejos de esa situación. Hoy también las personas son obligadas a alejarse de sus hogares, porque el país ya no produce lo suficiente para vivir, porque como en el tiempo de los jueces, así en nuestro país ya no se produce lo suficiente para todos, no hay trabajo y la gente vive en la pobreza, en el hambre.
Esta crítica realizada al tiempo de los jueces, cuando hubo hambre en la tierra, y en la Casa de pan, Belén, falto el pan, el alimento, puede repetirse en nuestros días, porque tan irónico que en una casa de pan no haya pan, en un país con un gobierno del empleo, un presidente del empleo, de lo que más se carece es de empleo.
Muchos salen de sus hogares, dejan a sus familias, y buscan mejores oportunidades en el extranjero, tal como hiciera Noemí con Elimelec y sus dos hijos, Mahlón y Quelión.
Otro testimonio de la situación que vive la tierra en el tiempo de los jueces, lo encontramos en dos pasajes. Al confrontar a Gen. 19:1-11, y Jue. 19:16-30, nos daremos cuenta de que Dios falta, de cierta forma, en medio del pueblo.
Por un lado, los hombres que visitaron a Lot y que le ayudaron contra los hombres malos de la ciudad, salvando a Lot, a su mujer y a sus hijas; por otro lado, el levita y su concubina, que es hospedado por el hombre de la ciudad, no ayuda del todo al levita, ya que toman a la mujer del último, y la violan toda la noche. La diferencia en ambos pasajes, que son similares en su forma de ser narrados, es que en el primero están los hombres para ayudar a Lot, en el segundo no hay hombres ni ángeles ni Dios que ayude al levita y a su mujer. (Confr. Gen. 19: 1-11, Jue. 19: 16-30)
Con estas dos situaciones, podemos comprender la decadencia que se está viviendo en el tiempo de Noemí y Rut.
El Dios de Noemí
- Es muy importante, antes de hablar sobre el amor, la fe y la esperanza de Rut, entender a qué nos referimos cuando hablamos de El Dios de Noemí.
- En el Libro de Rut, Noemí habla y recuerda a Jehová y al Todopoderoso. Jehová: el Dios que liberó al pueblo hebreo de la opresión egipcia, en el éxodo. Todopoderoso: reconocer la incapacidad humana, estar concientes de la propia insignificancia, y saber que Dios es el Dios vivo y verdadero, y el único que puede cambiar nuestra pobreza humana.
- El Dios de Noemí es el Dios que sale al encuentro de las personas en medio del desierto de esta vida, y convierte nuestra esterilidad en plena fertilidad. Noemí se sintió esteril y lo vemos en que quiso cambiar su nombre, de Noemí a Mara. Alzaba su voz con tristeza y les decía a todos que el Dios Todopoderoso, Jehová, había dado testimonio contra ella, la había enviado llena al mundo y ahora la enviaba con las manos vacías.
"Ya no me llamen Noemí (esto es, graciosa); llámenme Mara (que significa amarga), porque el Dios Todopoderoso ha colmado mi vida y me ha llenado de grande amargura. Salí de aquí con las manos llenas (yo estaba colmada de bendiciones, yo era una mujer en plenitud) y ahora Yavé me hace volver con las manos vacías (ahora soy una mujer estéril). ¿Por qué me llaman Noemí, una vez que Yavé, el Dios Todopoderoso, da testimonio contra mí, humillándome, condenándome, afligiéndome y haciéndome desdichada el Todopoderoso? si el Señor todopoderoso me ha condenado y afligido?" Rut 1:20,21
- Pero en el trayecto de toda la narración, encontraremos que Dios restaura a Noemí, de tal forma, que encontramos las siguientes palabras:
"¡Loado sea Yavé, bendito el Señor, que no te ha dejado hoy sin un redentor!... Este niño renovará tu vida, te dará ánimos, será el consuelo y restaurador de tu alma... ¡Noemí ha tenido un hijo!" Rut 4:14,15, 17
- Noemí, aun con la fe debilitada, conciente de su incapacidad, de su dolor, de su necesidad, confía en Jehová, el Dios Todopoderoso, y Dios nunca le falló. Noemí "se sostuvo como viendo al Invisible", "como si viera al Invisible, perseveró firme en su propósito", confiando en el Dios invisible como si le viera ya. (Heb. 11:27). Noemí sabe y confía que el Dios de la gracia, el amor, el perdón, el Dios que libera a su pueblo, la sostendrá.
- En el siguiente poema intentamos plasmar la esencia de los momentos que vivió Noemí, en dicha y desdicha, en angustia y en paz, pero en medio de todas esas emociones, la encontramos sostenida por la confianza en el Dios de la vida.
Noemí
Mujer que esperas
entre la amargura
y la esperanza;
esperas
en la desesperación
en la casi pérdida de fe
esperas
con los ojos llenos de vida
y llenos de lágrimas
por todo lo que has visto
por los que se fueron de tu lado
por la que se alejó de ti
por la que se ha quedado contigo
hasta la muerte
y en tu corazón,
dulce Noemí
placentera Noemí
amarga Noemí
el ángel de Yavé
te dice en silencio...
¡Tu Dios reina!
Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. (Reina Valera)
(16) Respondió Rut: ¡No me pidas insistentemente, ni me instes, no levantes tu voz rogándome, que te deje, apartándome y separándome de ti, yéndome lejos!; porque a donde quiera que tú vayas, he de ir yo, y donde tú morares, he de morar yo igualmente (viviré para siempre a tu lado, no insistas en nuestra separación).
- Por sus palabras, comprendemos que Noemí le rogaba, casi gritando, que volviera a su tierra, con sus padres y sus dioses, a su vida anterior; la forma en que encontramos la petición muestra que es un ruego que va en aumento, creciendo, y una insistencia constante, con ahínco, con fuerza. Encontramos en Rut 1:9, 14 esa forma de insistencia; una traducción dirá, "entonces a voz en grito echaron a llorar".
- La insistencia de Noemí por que sus nueras vuelvan a su tierra, a su pueblo, esconde un profundo dolor; es el dolor por haber perdido a sus seres queridos, dolor por sentirse abandonada, pero un dolor mayor viene por el hecho de que Noemí piensa y siente que Jehová, el Dios Todopoderoso ha salido contra ella, afligiéndola, humillándola, condenándola. Aun cuando ya hayamos visto este punto sobre Noemí y la respuesta que le da el Señor, es importante señalar la parte de la aflicción para entender la actitud de Rut.
- Ante la fuerza de la insistencia de Noemí por ser abandonada, Rut utiliza la misma fuerza en su determinación por quedarse al lado de Noemí su amiga.
- Vemos, entonces, y aun definiríamos a Rut como sigue: una mujer joven, viuda, pobre y extranjera; fiel, leal, virtuosa, amigable y llena de amor por su amiga Noemí.
- Las palabras de la moabita se transforman en una poesía, un canto a la vida, a la amistad y al amor sincero y fraterno entre dos mujeres con una profunda necesidad.
- Esa determinación de Rut que nos muestra la calidad de amor que tiene por su suegra, es una actitud que muestra a la moabita creyendo y practicando los dos mandamientos más importantes: Amar a Dios con todo el ser, amar al prójimo como a uno mismo. El orden, primero amar a Dios, después amar al prójimo, nos hace entender que Rut había aprendido a amar al Dios de Noemí, porque de otra forma, jamás habría aceptado quedarse a su lado. Sin amor verdadero por Noemí, Rut habría marchado al lado de su cuñada, de Orfa, y como esta, le habría dado la espalda a Noemí, y no sólo a ella, sino a Dios mismo. Pero al haber un amor verdadero que le hace tomar una decisión sabia, encontramos la plena identificación con su suegra. En esa identificación de ambas mujeres, nace un "nosotras" basado en un "yo voy contigo, yo estaré a tu lado, porque tú eres mi amiga y te amo porque amo a tu Dios que es mi Dios".
- Este amor por El Dios de Noemí lleva a Rut a una profunda transformación. En la enseñanza teológica y filosófica, el rostro tiene el significado de la propia identidad, el rostro es un mismo, por eso se llega a escribir afirmó su rostro y avanzó, es decir, él mismo se mantuvo firme y avanzó con valentía. En este caso, el amor de Rut por Dios y luego el amor por Noemí, llevan a la moabita a que su rostro sea transformado, su propia identidad sea hecha nueva. El siguiente poema muestra esa transformación de rostro que tuvo Rut.
Rut le dijo a Noemí, o Amorosa amistad le prometió a Placentera amargura...
Me encuentro en el rostro del Otro
en la presencia del Otro
en la profundidad de sus ojos
- en su mirada
en la profundidad de sus labios
- en sus palabras
en su pueblo
- en su gente como si fuera mi gente...
Tu rostro es mi rostro
y tu gente mi gente...
la tierra de donde provienes
y a la cual tus pasos diriges,
se transforma en mi origen,
transito su camino
y se vuelve mi destino.
Me encuentro en tu rostro;
mi rostro se transforma
profundamente
en otro rostro
te llamo amigo y amiga,
hermano y hermana,
padre y madre,
y a tu Dios,
en mi rostro transformado,
le llamo mi Dios.
La fe de Rut en el Dios de Noemí
Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. (Reina Valera)
(16) Tu pueblo es y será mi pueblo, y tu Dios es y será mi Dios.
- El anterior poema nos muestra la transformación del rostro de Rut por el amor en el Dios de Noemí, y este amor viene por la fe que la moabita ha depositado en Él.
- La parte del ver. 16 "Tu pueblo es y será mi pueblo, tu Dios es y será mi Dios", es una valiente declaración de fe. Le está diciendo "Tú eres mi Dios, yo creo en ti, Jehová, Dios Todopoderoso". Pero, ¿por qué valentía en esa declaración? ¿Qué es lo que nos muestra a Rut como una mujer decidida y valiente?
- Toda decisión de fe tiene grandes responsabilidades, pero también grandes consecuencias. La responsabilidad y las consecuencias, en Rut, son claras: ahora se ha responsabilizado, de forma absoluta, por su suegra; ahora tiene la responsabilidad de mostrar, ella misma, al Dios en el que ha creído, es decir, ahora tiene la responsabilidad de dar testimonio "por si acaso, por su testimonio, alguno conoce al Dios de la vida"; dice, "Tu pueblo es y será mi pueblo", ahí se encuentra una nueva responsabilidad con una nueva gente que llamará "mi gente". Las consecuencias serán que tendrá que abandonar a su familia, una posible vida de comodidades y tranquilidad, y esto es posible porque Rut estaba en su tierra, con su gente, pero decide seguir a su suegra, quien era pobre, y peor aun, quien tenía la autoestima baja e incluso se autocompadecía; no, definitivamente, las consecuencias serían una vida con carencias; pero también le daría la espalda a Quemosh, el dios local de los moabitas, de esa forma, jamás podría volver a su tierra, con su gente y su familia sin que fuese rechazada por haber abandonado sus creencias; al llegar con Noemí, podría ser rechazada ahora por su nuevo pueblo, precisamente por ser extranjera, una moabita adoradora de dioses paganos. Así que su responsabilidad aumenta y ella lo sabe. Es por todo esto que vemos en Rut a una mujer valiente, y mucho mayor es su valentía a causa de su condición de viuda y extranjera. Avanza hacia adelante, afirma su rostro ya transformado, decide por Noemí y el Dios en el que ella cree.
- Podríamos imaginar, incluso, que en su avance lleno de valor, fe y amor, las palabras del Quijote a Sancho Panza pueden ser aplicadas a Noemí y Rut la moabita: "Si los perros ladran es que vamos avanzando".
- De esta forma, la moabita y la de Belén avanzan y entran en alianza para hacer frente a todo aquel que quisiera esclavizarlas; y esta lucha, por la fe, hasta el día de hoy sigue, entre hombres y mujeres que han creído en el Dios de Noemí. La lucha de los humanos.
La esperanza de Rut en el Dios de Noemí
(17) Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. (Reina Valera)
(17) En la tierra en que murieres tú, allí moriré yo; y donde fueres sepultada, allí quiero ser enterrada también. ¡Que Jehová no me haga bien, sino que me castigue severamente, y aun me añada, si yo misma decido separarme de ti y no esperar la separación que la muerte haga con nosotras!
- Tenemos la promesa de Rut hacia Noemí; el juramento de permanecer a su lado, y la petición a Jehová de castigarla severamente si no cumple lo prometido. ¿Realmente la moabita espera ser castigada por Jehová, el Dios que ahora conoce y que declara como su Dios? Ciertamente que no; pero su fe, su fortaleza, su compromiso y responsabilidad, su esperanza completa la pone a los pies de su Dios.
- Un punto importante de observar es que Rut habla sobre la muerte como la única que las puede separar; y es esta conciencia de la muerte como la que puede separarlas la que permite que sea aun más conciente de la vida y su profunda unión con su suegra. Es al contemplar la muerte que se hace conciente de su renacimiento. Así que recurre a la separación por medio de la muerte para mantener su esperanza en Jehová y que él sostendrá la profunda unión por medio de la vida.
- La profundidad de la esperanza de Rut en el Dios de Noemí se observa en sus palabras: "Donde tu muriéres, allí moriré yo; donde seas sepultada, allí quiero ser sepultada". Esa es la culminación de la conciencia de profunda unión que se identifica en la vida y en la muerte. En un libro dice que cuando Jesús entraba a la casa de sus discípulos, vio como dos de ellos estaban abrazados, y ese abrazo era gesto de una profunda amistad, de una profunda identificación, y Jesús exclama en ese momento: "¡Ahí está el Reino de los cielos!".
- Nosotros predicamos el evangelio del Reino de Dios, y según lo anterior, el Reino de Dios se reflejaría en la profunda amistad, en el profundo, profundísimo amor de los unos por los otros, porque después de todo ese es el segundo más importante mandamiento. Rut y Noemí, entonces, en su profundísima amistad e identificación, en su amor tan maravilloso, ya nos están predicando el evangelio del Reino de Dios, y el ejemplo de estas dos mujeres como parte de la predicación del evangelio del Reino de Dios, nos debe llevar a lo mismo que llevó a Rut: A UNA PROFUNDÍSIMA Y VERDADERA ESPERANZA EN EL REINO DEL DIOS DE NOEMÍ.
Conclusión: Rut, en el Siglo XXI, aun pone sus ojos en el Dios de Noemí
- Rut es un ejemplo para las mujeres de nuestros días; y para los hombres también. El hecho de ser mujeres no quiere decir que no le enseñe nada a los hombres.
- En la relación de amistad entre estas dos mujeres encontramos un compromiso vital delante del Dios de la vida. Sin importar que eran diferentes entre ellas, con culturas distintas, y que en algún momento creyeron en diferentes Dioses, ellas dan un ejemplo de amistad, compañerismo y hermandad, pero no sólo eso, sino de amor, fe y esperanza.
- Podemos decir que Rut tenía puestos los ojos en el Dios de nuestra salvación, así como nosotros, según Heb. 12:2 tenemos los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. Y tener puestos los ojos en tan Grande esperanza, como es el Dios de la vida, es lo que puede llevar a nuevas formas de vida y pensamiento, y a tener el valor suficiente para enfrentar lo pesares que nos trajera esta vida.
- Pero, ¿por qué hemos sido tan reiterativos en nombrar a nuestro Dios como el Dios de Noemí? Porque observamos que es el mismo Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que en estos pasajes se ha convertido, verdaderamente, en el Dios de Noemí y Rut; es observar que estas dos mujeres nos dan un mensaje liberador para hombres y mujeres de nuestra época, un mensaje sobre dos mujeres que son ejemplo para las mujeres, sin olvidar que también pueden ser ejemplo para los hombres. Decir Dios de Abraham, Isaac y Jacob es hablar del Dios de los hombres, y decir Dios de Noemí y Rut es hablar del Dios de las mujeres, un mensaje para ambos sin dejar de recordar que Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Es Dios de hombres y mujeres.
- En nuestros días, las Rut y las Noemí nos dan ejemplo: ellas se encuentran trabajando por derechos humanos, por los derechos de las mujeres, hombres, niños y la familia; luchan por mejores oportunidades de empleo, también los hombres se encuentran luchando y trabajando por un mundo mejor. Hoy Dios nos muestra que su voz no solamente se encuentra en la voz del hombre, sino que su voz también se escucha en la voz de la mujer. Así como Rut y como Noemí, hoy hay muchos que pelean por volverse a sentir libres, sanos, y ¿nosotros?
- ¿Nosotros estamos trabajando como todos los demás? ¿Estamos interesados por predicar el evangelio que puede llevar a las personas de este mundo a una verdadera paz? ¿Estamos predicando al Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Noemí, de Rut, al Dios de Jesucristo nuestro Señor y Salvador?
- Si confiamos, amamos, ponemos nuestra fe y esperanza en el Dios de Noemí, entonces, es posible que esta tan Grande esperanza que es nuestro Dios nos permita no ver cuando los horizontes se han cerrado, sino observar que nuevos horizontes de nuevas posibilidades se han abierto. Y el horizonte de nuevas posibilidades fue abierto por Dios mediante el ejemplo de Rut, al amar al Dios de Noemí, confiar y tener fe en el Dios de Noemí, y sobre todo, esperar en el Dios de Noemí, que es el Dios de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
- ¿Cómo amó Rut a Noemí, y como nos ama Dios mediante Jesucristo?
Para amarte a ti
Me quité los zapatos para andar sobre las brasas.
Me quité la piel para estrecharte.
Me quité el cuerpo para amarte.
Me quité el alma para ser tú.
Jaime Sabines
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